Jessica tenía un par de clases más junto con la de Solfeo, tenía hambre y un poco de sueño,pero no podía darse el lujo de perder la media beca que tanto le había costado obtener. Sin embargo, la historia de Taeyeon era diferente, solamente tenía una clase ese día, por lo que no tardo en caer dormida a cada clase a la que la llevaba Jessica. Pequeños y casi inaudibles ronquidos podían escucharse salir del cuerpo de la bajita, que dormía con la cabeza apoyada en una de sus manos y con la boca entreabierta. A la rubia le hizo mucha gracia la posición tan cómoda y despreocupada en la que dormía Taeyeon por lo que decidió no molestarla a pesar de las miradas incomodas y de reproche que le lanzaban sus maestros y demás compañeros. Salieron al fin de la última clase. A duras penas pudo despertar a la castaña y se dirigió con ella hasta afuera de la escuela.
- Bueno, yo tengo hambre. ¿Tienes hambre? – preguntó dirigiéndose a la bajita, quien no pudo retener un particular sonido que salió repentinamente de su estómago. Le contestó "si" con un movimiento de cabeza muy enérgico, para luego bajarla avergonzada – Ven vamos – dijo Jessica tomándola de la mano y llevándola con dirección a Central Park
- Oye – dijo Taeyeon soltándose de su mano – No camines tan deprisa, no puedo seguirte el paso. Mis piernas son la mitad de grandes que las tuyas
- Lo siento Taeyeon shi, yo suelo caminar bastante rápido porque todo mi día está ocupado
- Llámame Taeyeon... no necesitas ser tan formal
Está bien, lo siento Taeyeon ah. Prometo ir un poco más despacio – dijo ofreciéndole nuevamente su mano a una dudosa bajita – Sino la tomas vas a perderte – contestó con una sonrisa. A Taeyeon se le volvieron a iluminar los ojos. Tomó la mano de Jessica en el acto en dirección al famoso parque.
Jessica llevó a la castaña por un laberinto de calles en las que cualquiera hubiera podido perderse, pero fue algo que sirvió para que Taeyeon le diera un primer vistazo a la ciudad que representaba su libertad. Había llegado con el objetivo de estudiar música y de perfeccionar su talento musical, y para darse la oportunidad de amar nuevamente. Su padre fue muy receptivo con respecto a su preferencia por las chicas, no podía sentirse más afortunada, a diferencia de la chica que amablemente había accedido a ser su compañía en sus primeros díasen la Gran Manzana. Sentía un poco de empatía hacia ella. "Debió ser difícil, aún debe ser difícil" pensó mientras se dejaba arrastrar por las calles de aquella gran ciudad. Llegaron hasta Central Park por su lado sur. La rubia compró dos perros calientes y dos refrescos, dándole uno de cada uno a la bajita y sentándose junto a ella en una de las tantas bancas del parque. Le dio un enorme mordisco al pan y lo masticó muy rápidamente, casi atragantándose en el proceso. Taeyeon estaba sorprendida de ver a alguien como Jessica comer de tal manera
- Pensé que tenías hambre...- preguntó hacia Taeyeon y tomando un sorbo de su refresco de naranja
- Si, si tengo – respondió Taeyeon enseguida para hacer lo mismo que había hecho la rubia hace unos minutos, hasta acabar en un dos por tres con el nombrado perro caliente, seguidamente abrió la lata de refresco y la despachó más rápido de lo que se había comido el perro caliente. Ahora la sorprendida era la más alta
- Vaya... ¿Cómo es que una chica tan pequeña tiene un apetito tan voraz?
- Es que estaba muy bueno – respondió Taeyeon desviando la mirada – Jessica ah... - dijo volviendo de nuevo sus ojos ónice hacia la rubia
- Dime – respondió con un trozo de comida en su boca
- ¿Dónde trabajas?
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La Mujer del Anuncio
FanfictionJessica tiene un amor platónico bastante extraño... será que el destino podría reunirlas algun dia?