Capítulo 8

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- ¿Dónde has estado Anna?- volvió a preguntarme Manu.

- Que ya te lo he dicho, estaba con Dylan. No te he respondido porque tenía el móvil en el bolso y no se escuchaba.

- ¿Pero te parece normal llegar a esta hora a casa? Me tenías preocupado. Llevas todo el día fuera y ni siquiera has avisado.- gritó Manu mientras me echaba la bronca

- En primer lugar te tranquilizas.- dije mientras me acercaba a él.- En segundo ¡Esta es mi maldita casa y algo lo que a mí me da la jodida gana! Llevo viviendo sola casi tres años así que ahora no me vengas con reglas sobre a qué hora tengo que llegar a mi casa.- y el "" fue bastante marcado. Después de decirle todo eso a mi hermano caminé hasta mi habitación y antes de cerrarla dije.- ¡Y hoy duermes en el jodido sofá!- y le di un portazo a la puerta dando por finalizada la discusión.

Por suerte en ese momento Gabriel no estaba en casa, no me gustaba que nadie me viese peleando con mi hermano.

Estaba realmente enfadada con Manu. Me molestaba que fuese sobreprotector conmigo, más encima a esas alturas de la vida. Habíamos pasado muchas cosas, pero nunca se portaba así conmigo.A ver, sí que era protector, pero no de manera tan exagerada. Y obviamente me molestaba que en ese momento se comportase como un imbécil.

Me tumbé en la cama y miré el techo. Necesitaba tranquilizarme o saldría de la habitación y echaría a mi hermano a la calle. Era mi hermano y lo quería, pero con cosas así me sacaba de quicio.

Necesitaba controlar mi ira y, como decía mi otro hermano, Aarón, también mi maldita y jodida boca sucia. Palabras textuales. Cuando me enfadaba solía decir muchas palabrotas, todas juntas y en una misma frase.

- Anna ¿puedo pasar? - preguntó mi querido hermanito desde el otro lado de la puerta.

- Pasa.- dije después de coger una gran cantidad de aire.

- Lo siento.- se disculpó mientras se tumbaba a mi lado.

- No pienses ni por un momento que vas a volver a dormir en mi preciosa y cómoda cama.- dije sin tan siquiera dejar de mirar el techo.-Me da rabia que te comportes como un capullo conmigo. Y más cuando es mi casa.-

- Lo siento, es que aún eres mi hermanita pequeña con la que me peleaba día sí y día también.- me dijo agarrándome de las mejillas.

- Vale, te perdono, pero sigues durmiendo en el sofá.-

- Joder...- murmuró.- Que no se diga que no lo he intentado. - dijo sonriendo mientras se levantaba de la cama y salía de la habitación.

Cuando salió, me levanté y cogí mi ordenador. Lo encendí y me puse a mirar YouTube. Tenía un pequeño canal donde subía mis canciones y alguna que otra cover. La verdad es que me gustaba poder compartir mi música. Nunca podría llegar a ser como Dylan, y creo que nunca me gustaría eso de no tener vida privada, pero me gustaría poder vivir de la música. Hacer mis conciertos, grabar mis discos, no sé, lo que se suele hacer para poder vivir de ello.

Sobre las dos apagué el ordenador y dormí plácidamente en mi camita, soñando con mi día.

- Buenos días Rosa.- dijo Gabriel apenas entramos en el bar.

- Hola mis niños ¿qué tal estáis?¿todo bien?- exclamó apenas nos vio entrar por la puerta.

- Todo muy bien. Mire, le presento a Manu, mi hermano. Ha pasado unos días a verme.- dije.

Cuentos de sinfonía (CDS 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora