POV DylanMarzo
Salí del avión una vez aterrizó en Madrid. La verdad es que no tenía muchas ganas de venir hasta la otra punta del mundo después de haber estado en casa con mi familia , pero el trabajo me llamaba y no podía desatenderlo, a parte, también me gustaba mi trabajo y tampoco era tan malo después de todo.
Cogí mi maleta donde llevaba todas mis cosas y subí al coche que me estaba esperando. Conduje hasta la casa que tenía a las afueras de la ciudad y aparqué. Hacía año y medio que la había comprado porque me gustaba mucho a ciudad y ese lugar era muy tranquilo y discreto.
Bajé del coche y entré en la casa. Todo estaba tal y como lo había dejado y eso me encantaba. Hacía como medio año que no había ido a aquella casa y me encantaba saber que todo estaba en su lugar y tal y como lo había dejado.
Subí a mi habitación y me tumbé en la cama. Miré la hora, las doce y media. Había quedado con mi representante a las cinco y media en la productora, así que aún tenía tiempo para hacer cualquier cosa.
Saqué mi portátil de la maleta y aproveché para ordenar la ropa que había llevado. Sólo tenía para un par de semanas, pero con eso me bastaba, tampoco pensaba quedarme mucho más tiempo en la ciudad.
A eso de las dos me preparé un bocadillo con lo que encontré en la nevera. Era genial no tener que preocuparme por nada de la casa, simplemente yo llegaba y ya estaba todo listo. Era genial.
Mientras sacaba una cerveza de la nevera y me ponía cómodo en el sofá abrí mi ordenador para mirar alguna cosa por internet. La verdad es que no sabía muy bien qué hacer, así que entré en YouTube para escuchar algo de música o mirar algún que otro video, pero no tenía muchas ganas de hacer nada, simplemente divagaba por internet en busca de algo que me motivara, pero poca cosa encontré.
En ese momento me acordé de la chica que había estado escuchando los últimos días y cliqué en uno de sus vídeos.
Estuve escuchando su voz mientras me dedicaba a mirar las redes sociales. Definitivamente me encantaba su voz, era muy dulce y me hipnotizaba cada vez que la escuchaba y solamente quería escucharla una y otra vez. Estaba seguro de que nunca me cansaría de escucharla.
Mi teléfono vibró y vi un mensaje de mi madre preguntándome cómo había ido mi viaje, yo sonreí al leerlo, mi madre siempre preocupada de sus pequeños, como nos llamaba, porque aunque tanto mi hermano como yo tuviéramos cincuenta años siempre seríamos sus pequeños. Siempre nos lo decía cuando podíamos reunirnos todos en casa.
Contesté el mensaje y le dije a mi madre que había llegado bien a Madrid y que no se preocupase, que por la noche la llamaría, allí aún era muy temprano y seguramente mi padre aún seguiría dormido.
MAMÁ: Cariño, cuando puedas me llamas.
YO: Sí, mamá, pero como llame ahora papá me matará por haberlo despertado a las seis de la mañana, y tú tendrías que estar durmiendo, es muy temprano para estar despierta.
MAMÁ: Ya lo sé hijo, pero sabes que cuando te vas lejos no puedo dormir hasta no estar segura de que estás bien.
YO: Pues ya sabes mamá, estoy bien. Todo ha ido genial. Ahora vete a dormir. Buenas noches, o mañanas. Descansa, os llamaré esta noche
MAMÁ: Vale cariño. Un beso fuerte.
Dejé el móvil en el sofá y le levanté para tirar el botellín de cerveza, cosa que me costó horrores porque tenía Jet lag y para mí aún eran las seis de la mañana, pero no podía quedarme dormido o no conseguiría pasalo y acostumbrarme al horario de España.
Antes de volver a sentarme en el sofá y quedarme completamente dormido decidí ir al estudio para tocar un poco la guitarra y a ver si la inspiración me venía y podía escribir algo de provecho. Me encontraba en ese momento que tiene todo artista en el que las musas no quieren aparecer y no podía componer nada que me gustase. Lo que se llama el bloqueo del artista. Estaba totalmente bloqueado y no podía seguir así mucho más tiempo, y por esa razón había volado a Madrid, para estar solo y concentrarme en escribir.
Entré en el estudio y me encerré como hacía siempre que iba. Cuando compré la casa mandé a que hicieran un estudio para poder poder estar tranquilo y no tener que ir de un sitio a otro, a parte, así podía quedarme todo el tiempo que quisiera grabando y así sólo llevaba la maqueta y en el estudio la arreglaban para que sonase perfecta.
Me quedé en el estudio hasta que tuve que irme a las oficinas donde se encontraba mi representante y la productora, subí al coche y conduje hasta el centro de Madrid.
Estuve hasta las siete en el edificio reunido con mi representante, después decidí ir a darme un paseo por la ciudad, así me despejaba un poco la cabeza porque estaba que me caía de sueño y si llegaba a casa me quedaría dormido, o pero, podía quedarme dormido en el coche y eso sería un problema.
Al estar en el centro de Madrid podía ir a muchos sitios, pero finalmente me decanté por el parque de El Retiro.
Mientras paseaba tranquilamente vi a una chica sentada en los bancos mientras leía. Me fijé detenidamente en ella y me di cuenta que era la misma chica que había visto en YouTube. Coincidencias de la vida. Me acerqué a ella, pero justo en ese momento se puso a hablar por teléfono y dejó el libro a un lado. No se me ocurrió mejor cosa que cogerlo y esperar su reacción. Sólo esperaba que no fuese una de éstas fans locas y me revolucionara el día.
Con su libro en la mano esperé pacientemente a que terminase de hablar y así poder divertirme un rato con ella.
-¿Buscas esto?- le dije mientras ella buscaba casi desesperadamente su libro.
En ese momento se giró y se me quedó mirando fijamente. Era más bajita de lo que yo me había imaginado, ya que le sacaba más de una cabeza, pero seguía siendo igual de guapa, incluso me atrevería a decir que en persona era aún más guapa que en los videos que había visto.
-¿Qué haces con mi libro? - me preguntó ella mientras no dejaba de mirarme. Me sentía intimidado ante aquella pequeñaja, tenía una mirada muy intensa.
-Tenerlo en las manos - le contesté con una sonrisa traviesa mientras hojeaba el libro, y no por interés, sino para hacerla enfadar.
A lo mejor era un capullo con ella ya que no la conocía de nada y la estaba haciendo enfadar, pero algo dentro de mí me decía que tenía que hacer algo para conseguir su atención, y yo era algo impulsivo así que no podía dejar de lado aquel impulso, y jamás hubiese pensado que seguir aquel impulso me llevaría a vivir uno de los mejores momentos de mi vida.
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Cuentos de sinfonía (CDS 1)
Genç KurguAnna es una estudiante de canto que vive en Madrid. Lleva una vida normal junto a su compañero de piso. Dicen que la vida da muchas vueltas, y la de Anna no será menos. Portada creada por @shadowofthemoon6