Mis ojos escanean la entrada y sonrío un poco por lo hermoso de la vista. Tiene un gran par de puertas resguardando su casa con seguridad que llevan a un largo un largo camino terminado en un círculo frente a su hogar, con una hermosa fuente en el centro. El césped era de un hermoso color verde brillante, incluso cuando nos acercando a el invierno, sus flores aún e veían hermosas.
La puerta se balanceó abierta y un hombre, que media alrededor de un metro ochenta, me vio con una mirada dura. ¿Ese es él?
—¿Qué quieres? —Silba, su cara arrugada en una advertencia 'Tú no te quieres meter conmigo'.
—Vine a ver al señor McCann, él sabe que vendría. —Declaro valientemente, levantando mi ceja hacia él, haciendo lo mejor que puedo para de que no note que estoy cagándome en los pantalones de miedo.
Su rostro se suaviza un poco y asiente, haciéndose a un lado y manteniendo la puerta abierta para que yo entre.
—Te llevaré con él entonces.
Asiento, entrando. Él empieza a llevarme por la casa, trato de mantener mi mirada neutral pero mis ojos siguen deambulando por la hermosa decoración que tiene la casa. Demonios, Jason McCann puede ser el hombre más temido del país, pero tiene talento para la decoración. Mi mente se desvía a imaginarse como lucirá. Me imagino un hombre alto de cuarenta y cinco años con cabello marrón rizado y un frío tono negro en sus ojos junto a una mueca maliciosa permanente en su rostro. El chico al que estaba siguiendo se detuvo repentinamente y abrió una puerta de caoba negra para mí, indicándome que entrara.
—Gracias. —Digo, manteniendo mi cabeza en alto al entrar en la habitación.
La habitación luce como una oficina, tiene un escritorio situado en la pared opuesta a la puerta, con una silla de oficina vacía. Hay una silla reclinable junto a la chimenea del lado izquierdo de la habitación, del lado derecho hay una variedad de estanterías y ociosamente me pregunto si esconderán una habitación secreta. Cascadas de luz entran por las dos gigantes ventanas de-piso-a-techo que están a cada lado del escritorio. Como el resto de la casa, esta habitación tiene una decoración hermosa.
—Dile que no me voy a conformar por menos, quiero mi dinero o cada persona que ama estará flotando dentro de bolsas en el río Hudson. —Una voz gruesa y ronca dice en un tono completamente frío.
Mis ojos caen en un hombre junto a una de las ventanas, su espalda es todo lo que veo mientras él sostiene un teléfono en su oído. ¿Ese es él?
Sólo puedo verle por detrás, pero puedo decir que no es como imagine que sería. Primero, parecía mucho más joven que cuarenta y cinco, y su cabello no era marrón rizado sino rubio y estilizado hacia arriba en un copete con los lados rapados. Su espalda se ve fornida a través de la camisa de vestir blanca que está usando. Él colgó el teléfono y yo aclaré mi garganta, cambiando el peso sobre mis tacones de seis centímetros, enderezando mi postura al llamarlo.
—Señor McCann.
Se gira bruscamente y cuando sus ojos caen en mí sus cejas se elevan, y viajan por mi cuerpo antes de encontrarse con los míos, una sonrisa satisfecha se forma en sus labios. Mi aliento se atora. Vaya, su belleza quita el aliento. ¿Podría realmente ser él? ¡Tiene un rostro tan inocente! Pero sé que es él, considerando el mensaje que transmitió por el teléfono.
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Twisted. |Español|
Fanfiction«Eres aclamada suya en un papel, pero tú y yo sabemos a quien perteneces de verdad. Tu corazón me pertenece, tu cuerpo me pertenece, lo veo en tus ojos, así que ya no luches contra ello, nena. Aceptemos nuestro amor.» La novela NO es mía, la estoy t...