Mis tacones hacían click-clack contra el piso de concreto mientras me muevo en línea desde el bus hasta la puerta que lleva a la prisión. Miradas sucias me asaltan de parte de las demás mujeres aquí apenas entro por la puerta, los silbidos salen de los otros prisioneros mientras pegan sus rostros a los barrotes. Giro los ojos antes de detenerme frente al guardia de seguridad, sosteniendo mis manos alejadas de mi cuerpo para que pudiera usar el detector de metales para chequearme.
—Buen día, señorita Lincoln. —El guardia me saluda con una sonrisa y asiente hacia mi cortésmente.
—Hola, David. —Le devuelvo la sonrisa y estiro mi vertido luego de quitarme el abrigo de cachemira. Doblándolo con cuidado antes de guindarlo en mi antebrazo.
—Puede pasar, señorita. —Me dice, moviendo su cabeza para indicarme que camine.
Asiento y camino por la familiar ruta, manteniendo mi barbilla en alto al pasar por los prisioneros hormonales, que se comportan como animales, pero los ignoro. Me toma los mismos 10 minutos para llegar hasta la sala de visitas. Tomo asiento en una de las sillas, viéndolo sentado del lado opuesto del vidrio, su mejilla izquierda luce amoratada, haciendo que el dolor estruje mi corazón. Sus labios forman una pequeña y amorosa sonrisa cuando levanta el teléfono del gancho, yo lo imito.
—Hola, hermosa.
Su saludo hace que mi estómago se estremezca, pero mi corazón aún se contrae por la mirada en sus ojos, él es infeliz, lo puedo sentir y no me puedo forzar a sonreír, pero lo saludo.
—Hola, bebé.
—¿Cómo se siente mi bella esposa hoy? —Pone su codo sobre la plataforma frente a él y deja que su mentón descanse en su palma.
—Mejor ahora que te he visto. —Digo suavemente—. ¿Te metiste en una pelea? —Le pregunto mirando su mejilla, siento un nudo en mi garganta.
Veo como sus hombros caen y deja salir un suspiro, negando con la cabeza y rompiendo el contacto visual conmigo.
—No puedo aguantarlo más, fancy face*, me está matando. Este lugar me está matando. No puedo soportar no verte todos los días, sólo poder hacerlo una vez a la semana es una tortura.
Esta es la primera vez que él ha sido completamente honesto conmigo desde que entró a la cárcel hace 3 meses, fue atrapado durante un atraco y fue el único que recibió cargos. Las personas que lo estaban ayudando con el trabajo dejaron que él tomar toda la culpa y desparecieron de la faz de la tierra, sin ni siquiera intentar ayudarle.
—Quiero que salga, Dom... Necesito que salgas. —Susurro suplicante, encontrándome con su intensa mirada azul a través del vidrio.
—Tal vez haya una manera. —Afirma luego de un largo silencio—. Pero voy a necesitar tu ayuda.
—Lo que sea. —Le respondo casi de inmediato, sintiendo mis palmas húmedas con el pensamiento de él fuera de la cárcel, conmigo.
Dom se mueve un poco en su asiento, viendo hacia los lados antes de mirarme, completamente serio.
—El hombre para el que solía trabajar, Mario Davidson, siempre me contaba acerca de su enemigo, Jason McCann.
Trago fuertemente y lo miro con nerviosismo y los ojos muy abiertos.
—¿Jason McCann? —Me inclino más cerca, como si no quisiera que nadie me escuchara y hablo por el teléfono—. El criminal más despiadado y peligroso de Atlanta, no del país. —Dominick asiente.
—Sí. Escucha, los que se escucha en la calle es que McCann ha estado tratando vengarse de Mario por secuestrar a su hermana hace un par de semanas. Jason y su hermano, Alex, están buscando a alguien que les pueda dar información de Mario. Yo puedo hacerlo.
—¿Cómo?
—La noche antes de que fuéramos a hacer el atraco, Mario hizo una fiesta, ¿Recuerdas? —Asiento y él continua—. ¿Recuerdas que te dije que necesitaba regresar y revisar la bomba que hice? No lo hice, fui a su oficina y tomé algo de su información, en caso de la que necesitara porque tenía el presentimiento de que él me daría la espalda si nos atrapaban. Así que lo sé todo, sus escondites, sus próximos atracos, todos sus planes. Tengo todo lo que los McCann quieren, incluso tengo una idea de donde Mario puede tener a su hermana.
—¿Y qué tengo yo que ver con esto? ¿Y cómo puedo ayudarte? —Frunzo el ceño, sin saber de qué le sirve todo esto están atrapado aquí.
—Jason McCann tiene los contactos correctos para sacarme de aquí. Necesitas que te encuentres con él, necesito que le digas lo que puedo hacer, haz un trato con él por mí.
—Dom, y-yo no sé si pueda. —Trago—. ¿Q-Qué pasa si no puedo?
—Tú puedes, yo sé que puedes. — Suspira—. Por favor, ____, necesito que hagas esto. Es mi única manera de salir.
Sus ojos suplicantes en los míos y yo dejo salir un lago suspiro, asintiendo con mi cabeza.
—Está bien, lo haré. ¿Dónde debería encontrarme con él?
—Recibirás una llamada en 2 días, de un chico llamado Ryan Butler, él es la mano derecha de McCann. —Sonríe de lado antes de continuar—. Él te dirá dónde quiere McCann que se encuentren. Ahora, cariño, cuando te encuentre con él tiene que ser... —Parece que tiene dificultades para encontrar la palabra correcta, corriendo su mano por su cabello—. Fuerte. Tienes que ser fuerte y cuidadosa. No porque él se peligroso, pero también es un conquistador sin vergüenza y un cerdo con las mujeres. Así que, por favor, prométeme que serás cuidadosa, ¿Está bien?
—Lo prometo. —Contesto con honestidad, poniendo mi mano en el vidrio cuando el zumbido se apaga, indicando que la hora de visita ha terminado—. Te sacaré de aquí, Dom, te lo juro por Dios que lo haré.
—Sé que lo harás, te amo. —Dice rápido antes de que el guardia se acerque y lo levante rudamente de la silla.
—Te amo también. —Veo cómo va de nuevo a la prisión. Mi corazón se aprieta y pongo el teléfono de vuelta en el gancho, dejando salir el aliento—. Te voy a sacar de aquí.
***
*Fancy Face: Apodo que se traduciría como Rostro Costoso o Rostro de Fantasía.
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Twisted. |Español|
Fanfic«Eres aclamada suya en un papel, pero tú y yo sabemos a quien perteneces de verdad. Tu corazón me pertenece, tu cuerpo me pertenece, lo veo en tus ojos, así que ya no luches contra ello, nena. Aceptemos nuestro amor.» La novela NO es mía, la estoy t...