SIX

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[Maratón: 4/4]



Jason McCann.


Con los ojos entrecerrados le lanzo una mirada feroz a mi hermano, mis puños cerrándose a mis lados.


—Olvídalo, Alex, no va a suceder.

—Sí, si sucederá, Jason. —Discute, sus ojos mirándome de la misma forma en que los míos lo miran—. Esa perra no terminó su trabajo, así que su esposo no saldrá de la cárcel hasta que ella haga otra misión, y bien esta vez.

—Ella hizo la misión anoche, ¿No es así? Obtuvimos lo que queríamos, ¿No?


Estaba a dos segundos de rodear mi escritorio, tomarlo del cuello y sacarle la mierda a golpes por haberla llamado perra.


—¡No me interesa! No siguió las ordenes que se le dieron, lo que significa que no hizo lo que debía para ayudar. Si no podemos confiar en ella para llevar una misión, ¿Cómo confiaremos en su esposo?

—Eso es diferente, y lo sabes. —Grito, golpeando el escritorio con ambas palmas abiertas—. Su esposo tiene experiencia, ella no. Anoche fue la primera vez que ella hizo algo as-

—¡Exacto! Deja que haga más, asó aprenderá a no joderlo todo y podremos usarla para nuestra ventaja también, y no sólo a su esposo. —Me interrumpe, mirándome con razonamiento.

—No, Alex. —Digo a través de mis dientes apretados, sintiéndome fastidiado de la situación—. Ella me pidió ayuda para sacar a su esposo, yo le dije que tendría que hacer una misión, eso es todo, hicimos un trato, no puedo retractarme ahora.

—Dile que el trato ha cambiado. —Me mira como si fuera la cosa más simple del mundo— Tú eres Jason McCann, tú no sigues las reglas, tú las haces. ¿Desde cuando eres un debilucho? —Me mira con una ceja alzada, cuestionándome con la mirada.


Trago, mi estómago se retuerce. ¿Cuándo me convertí en un debilucho? Esa es una buena pregunta. Suspiro.


—No lo soy, es sólo... su vida se está cayendo a pedazos, Alex, ella no tiene a nadie aparte de él. Recuerdo cómo se sintió perder todo, ¿Tú no? —Él se paraliza por un momento, sus ojos suavizándose un poco.

—Sí, lo recuerdo —Se encoje de hombros—. Y recuerdo lo fuerte que me hizo, lo fuerte que nos hizo. A ella podría servirle un poco de amor fuerte, luce como alguien que ha sido mimada toda su vida, por la manera en la que se acobardo anoche.

—Ella no se acobardó. —Gruño—. Ella le es leal a Dom, por alguna razón de mierda no quiere traicionarlo, incluso si es para sacarlo de la cárcel.

—Sí, bueno, si se sigue acobardando su 'lealtad' será lo que mantenga a su esposo en la cárcel, y no con ella. —Hace las comillas en el aire con sus dedos cuando dice lealtad y rueda los ojos—. Sólo piensa en todos los asaltos que podríamos hacer usándola como distracción.

—De acuerdo. —Suspiro, asintiendo de mala gana—. Hablaré con ella.





—Jason —____ me llama, entrando a mi oficina—. ¿Me llamaste? —Pregunta quieta, envolviendo sus brazos alrededor de ella misma, vistiendo una de mis sudaderas de lana.


No sé qué es, pero hay algo en la forma en que ella se ve vistiendo mi ropa que hace que mi corazón se acelere. Aclaro mi garganta, removiéndome mi silla y cerrando mi laptop.


—____, tenemos que hablar. —Digo, indicándole que tome asiento en una de las sillas frente a mi escritorio.


Ella camina lentamente hasta la silla y se sienta, viéndome con sus hermosos ojos.


—¿Pasa algo?

—Supongo que se podría decir. —Suspiro, rascando la parte trasera de mi cabeza—. ____, anoche... tú no-

—Sé lo que vas a decir. —Sus ojos se entristecen y niega con la cabeza—. Sé que lo estropeé, y lo siento. Yo sólo no puede soportar que él me tocara de esa manera, me hacía recordar a- —Deja de hablar de repente.


Su rostro reflejando una horrible emoción y sus ojos se abren de golpe, como si se hubiera sumergido en algún recuerdo doloroso, y tengo que pelear contra cada fibra en mi cuerpo para prevenirme de caminar hasta ella y tomarla en mis brazos.


—Sólo lo siento. —Susurra luego de un largo momento y me mira.

—Está bien. — Respondo demasiado rápido, mi voz es suave. Me abofeteo mentalmente, dándome cuenta de que eso fue una completa mentira, no está bien, o al menos Alex no cree que está bien—. Pero... Alex, —Trago un nudo—. Y yo, creemos que... antes de sacar a tu esposo, tienes que hacer... otra misión.


Sus ojos se agrandan y me mira en pánico, sacudiendo la cabeza.


—No, no, por favor, no. T-tú dijiste que sólo tenía que hacer una y lo sacarías. Teníamos un trato, Jason. —Me frunce el ceño.

—Lo sé. —Digo sin expresión alguna en mi rostro—. Pero Alex y yo sentimos que no podemos confiar en tu esposo si no podemos confiarte un trabajo.

—¡Pero Dom no es como yo! Él tiene experiencia en estas cosas ¡Yo no! Por favor, no hagas esto. —Sus ojos suplicantes, volviéndose brillosos cuando ella se levanta de la silla.

—lo sé, pero Alex piensa que sería útil tenerte cerca, considerando que no tenemos chicas en nuestra pandilla.

—¿Útil? —Se burla, sus ojos volviéndose duros—. ¿Así que creen que soy un juguete nuevo? ¿Uno que pueden utilizar a su beneficio? —Exhalo, negando.

—No tengo más nada que decir, ____, haces las misiones o tu marido se queda en prisión.


La mirada en su rostro hace que mi estómago se volteé, es una mirada de dolor y sus ojos lucen perdidos, como si acabara de ser traicionada.


—Así que acepto ¿Y entonces qué? ¿Me darás tu palabra de que lo sacarás? —Me mira con incredulidad, sacudiendo su cabeza en consternación—. No te molestes, porque tu palabra no significa nada para mí, sólo asegúrate de sacar a mi esposo de ese maldito hueco infernal una vez que haya terminado esas malditas misiones. —Gruñe, sus ojos completamente fríos, se voltea sobre sus tacones y sale de mi oficina.


Suspiro, corriendo mis manos por mi rostro, ¿Por qué me siento culpable? Yo nunca me siento culpable. Mis cejas se juntan y miro abajo hacia mi laptop.


—¿Qué mierda me está haciendo esta chica?




[A/N]:

¡Por fin! He vuelto a traducir, hice el maratón aunque quería que fuera más largo, pero lo subí así porque sentí que DEBÍA subirlo, igual trataré de subir otro maratón la próxima vez que suba.

Prometo subir más para compensar por los 2 meses de ausencia.


-betza.

Twisted. |Español|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora