¡¿Donde estabas?!

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Emily P.O.V.

Mis padres, James, Ella y yo nos quedamos un poco preocupados porque Riley salió sin mas ni dijo adiós de lo enojada que estaba.

Nos preocupa porque está lloviendo, entonces creímos que James sabría algo y le llamamos para que viniera ya que creíamos que estaba con él pero digamos que se quedó preocupado y ha venido para ver si aparecía.

Le hemos contado lo que pasaba y entonces entendió la situación, Ella se esta empezando a poner nerviosa y me sorprende bastante. Bueno preocuparte por alguien a quien le has robado su solo no te debería de importar, pero también es su hermanastra, es normal que se preocupe por ella.

—¡No aguanto más!—dijo Ella levantándose de su silla y empezo a caminar por toda la sala.

—Ella, cielo tranquilízate, estará todo bien no te preocupes.—le dijo mi padre serio.

—No, no me puedo tranquilizar.—le respondió seria.—¡Esta lloviendo y ella sólo acaba de cumplir 16 años!—dijo alterada.

—En realidad, de aquí poco cumplirá 17.—la contradije yo a lo que mis padres me fulminaron con la mirada.

—Estará bien, necesita tiempo.—agregó mi madre para tranquilizarla e ignorando completamente mi comentario.

—Entiendo que necesite tiempo, pero en su cuarto ¿y si se ha encontrado con desconocidos? ¡¿Y si le ha pasado algo?!—nos dijo Ella casi gritando pero entonces oímos la puerta principal abrirse.

—Ho-hola.—dijo Riley temblorosa, dirigiéndose hacia nosotros.

Entonces James fue corriendo hacia ella y la abrazó, ella lo correspondió.

—¿Donde estabas? Estábamos preocupados.—le dijo James apartándose.—¡Dios estas helada!—entonces mi madre le puso una manta encima.

—No hace falta, estoy bien.—le dijo ella quitándosela y mirando al suelo.

—¿En donde estabas? Has salido sin decir nada y está lloviendo ¡¿a donde has ido con esta lluvia?!—le volvió a preguntar James serio.

—A ningún sitio.—le dijo ella mirando al suelo.

—Riley Lynn Raymond.—empezó mi padre.—¡¿Donde estabas?!—preguntó mi padre casi gritando.

—¡En un sitio en el que no os importa!—respondió ella gritando

—No me hables así, merecemos una explicación ¡tenemos derecho a saberlo!—le exigió de nuevo papá de la misma forma.

—Y yo tenía derecho a saber que esta chica...—señaló a Ella.—Era mi hermanastra, ¡pero no me dijisteis nada! ¡¿Y ahora vosotros tenéis derecho a saber en donde estaba?!—le plantó cara muy enfadada.—Pues mirad lo que os digo, no os importa.—terminó susurrando y quitando el brazo de James que estaba por sus hombros y se dirigió hacia las escaleras.

—Riley ¡¿a donde vas?!—le dijo mi padre.

—¡Lejos de ti!—gritó subiendo y se fue a su habitación.

—Esto ha sido culpa mía.—dijo ahora Ella con voz temblorosa, entonces mi madre la abrazó.

—No ha sido tu culpa.—le dijo mi madre tierna.

—¡Si! ¡Si lo ha sido!—le respondió ella apartándose y entonces se fue a su habitación.

—¿Que le ha pasado a Riley? Ella nunca me había hablado así, siempre me tuvo un gran respeto.—dijo mi padre claramente frustrado.

—No se preocupe señor, es normal.—agregó ahora James.—Esta muy enfadada y necesita tiempo, dele su espacio y entonces cuando este lista para hablar con usted o con su mujer os lo contará.—finalizó él mirando a mis padres.

—Tienes razón.—agregó mi madre suspirando.

—La tiene, pero eso no le da derecho a hablarme así.—le respondió mi padre.

—Alguien enojado es capaz de decir cualquier cosa.—dijo James- subire a hablar con ella-y entonces se dirigió hacia arriba

James P.O.V.

Entiendo la situación de Riley, es algo normal bueno enterarte de que tu ex mejor amiga que te robó tu sólo en los Internacionales resulte ser tu hermanastra, obviamente no te lo vas a tomar nada bien y yo sólo quiero hacerle compañía y estar con ella y sobretodo apoyarla en todo lo que viene por delante.

Subí a su habitación y toqué la puerta un pare de veces.

—¿Quien es?—preguntó ella desde dentro.

—Soy yo, James ¿puedes abrirme?—respondí, entonces abrió la puerta y me dejó entrar.

Luego la volvió a cerrar, girándose y me miró a los ojos, estaba llorando, entonces me dirigí a ella y le di un abrazo al que me correspondió, lo necesitaba.

—Estoy bien.—me susurró ella sin parar de llorar.

—No, no lo estas, mírate.—le dije y entonces nos separamos, ella volviéndome a mirar.

—¿A que has venido?—me preguntó seria.

—A hacerte compañía.—respondí sin más.

—¿No te han dicho mis padres a que vinieras a averiguar en donde estaba?—me preguntó cruzándose de brazos.

—No, claro que no.—respondí a lo que ella se alivió.—¿Pero me puedes decir en donde estabas?—le pregunté a lo que ella miró el suelo.

Entonces se soltó de mi agarre y se sentó en su cama a lo que yo la seguí y me senté a su lado.

—Eso no te incumbe.—me respondió seca.

—Pues claro que me importa, soy tu novio y estoy contigo.—le dije sorprendido por su respuesta.—Me preocupo por ti y sólo quiero saber si estabas bien o en donde estabas o si alguien te ha hecho daño.—le dije cogiéndole la mano.

Entonces nos quedamos en silencio.

—Estaba caminando.—me respondió llevándose una mano en su cabello húmedo.

—¿Y hacia donde?—le pregunté de nuevo.

—Hacia ninguna parte.—me dijo ella sin mas.

—¿Y no te refugiarse en ningún sitio?—volví a preguntar.

—No.—me dijo mirando al suelo.

—¿Y no sabías hacia donde ibas?

—¡Sólo caminaba y no me importaba nada!—me dijo irritada.

—¿Ni siquiera la lluvia?

—No.—entonces le di un abrazo y me correspondió.

—Te quiero.—le dije susurrando en su hombro.

—Yo también.—me respondió con voz ronca.

—Me tengo que ir.—le dijo mirando la hora

—¡No! ¡No te vayas! Por favor.—me pidió.

—¿Quieres que me quede?—le pregunté a lo que ella asintió.—¿No quieres estar sola?—volví a preguntar a lo que esta negó con la cabeza.

—Me siento bien estando sola pero me siento mejor cuando estoy contigo.—me dijo mientras me miraba a los ojos, entonces sonreí.

—Esta bien me quedaré un rato más.—respondí yo a lo que Riley sonrió.

Se fue al baño y se puso el pijama, luego vino y nos acostamos en la cama debajo de la manta. Su cabeza estaba en mi pecho y mi brazo alrededor de ella y en segundos se quedó dormida y yo detrás de ella.

The Next Step: El Viaje De Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora