Se han ido

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Emily P.O.V.

Ahora mismo estoy en mi casa, son las ocho de la mañana y tenemos clases así que me estoy vistiendo.

Luego despertaré a Riley, espero que esté mejor ya que ayer se ha vuelto a pelear con mis padres, como siempre, desde que Ella está en casa mis padres y Riley no paran de pelear y gritarse, la han preferido a ella antes que a mi o a mi hermana, que somos hijas de sangre.

Me sorprende mucho que mi madre también lo haga ya que Ella es hija de la que fue ex novia de mi padre, bueno eso me molestaría un poco a mí pero es mi madre así que...

Acabo de salir de mi habitación y me estoy dirigiendo a la de Riley, seguramente estará dormida ya que odia levantarse temprano.

Toqué la puerta antes de entrar ya que Riles odia que invadan su privacidad, toqué unas dos veces mas pero nadie responde, se me hace raro.

—Riley, ¿estas ahí?—pregunté pero no respondió nadie nuevamente.—Oye somos muy mayores para jugar al escondite así que responde o a la de tres entraré.—le dije riéndome pero nadie respondió.—Ok si tu lo quieres así.—dije y entre adentro.—Te he avisado de que entraría ¿se puede saber porqué...?—pero entonces dejé de hablar al entrar y me quedé estática.

Estaba sorprendida, bueno su cama estaba hecha y no había nadie en la habitación, todo estaba ordenado y se olía en el aire su perfume de fresa que le encanta.

Sus libros estaban en la cama abiertos, a ella le encanta leer y sus diarios y agendas estan tambien en la cama, dos fotografias de ella hace cuatro años también esta y luego las luces de su muro de fotos están encendidas pero ella no estaba dormida así que decidí entrar al baño, ¿donde se iba a meter sino?

—Riley creo que no me has escuchado....—pero volví a callarme al entrar baño.

La luz entraba por su ventana y se olía el olor de su jabón preferido de canela, la ducha estaba húmeda como si estuviese aquí pero no la pudiese ver. Había estado aquí hace poco, se notaba pero que raro a ella no le gusta despertarse temprano.

Entonces salí del baño.

—Riley, vamos a llegar tarde a clases como no aparezcas, ¿donde estas?—le dije preocupada en medio de su habitación.

Entonces empecé a tener miedo y un nudo se formó en mi estómago, si no está en su habitación ¿donde va a estar?

Pero entonces miré su escritorio, habían dos sobres rosas, se que no es de mi incumbencia pero las cogí. Una de ellas ponía mi nombre y en la otra ponía el nombre de mis padres así que decidí abrir la que tenía mi nombre y me quedé en shock al ver lo que ponía.

En la carta decia:

~

Querida Emily, sé que en estos momentos me estarás buscando como una loca porque no me encuentras en ninguna parte de mi habitación, y como te conozco tanto sé que veras estas cartas y te picará la curiosidad y la abrirás.

Sólo espero que te tomes en calma lo que te voy a decir, así que tranquilizate.

Si no me encuentras en ningún sitio es porque no estoy en casa y probablemente tampoco en la ciudad, los chicos y yo hemos decidido huir de todo esto e irnos lejos en donde nadie nos encuentre así que por lo tanto no volveré a casa nunca ni yo ni ellos. O al menos en un tiempo.

Quisimos hacer esto y escaparnos porque no soportamos más este infierno, si nos vamos seremos libres y nadie nos dirá qué tenemos que hacer y probablemente demos menos problemas, si nadie te dijo para que vinieras con nosotros es porque creíamos que dirías algo a alguien y no se querían arriesgar.

The Next Step: El Viaje De Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora