The Next Step: El Viaje De Nuestras Vidas

Mal presentimiento

Riley P.O.V.

Al día siguiente abrí los ojos y vi los rayos de sol entrar por las cortinas, sentí un par de brazos alrededor de mi cintura y me di la vuelta y vi que era James.

No pude evitar sonreir y le di un beso en la mejilla ya que seguia dormido y me levanté con cuidado para no despertarle, luego vi una gran mancha roja en una sábana que estaba en el suelo y la cogí y la mire por unos segundos, entonces la volví a dejar en el suelo.

Bueno esa gran mancha de sangre me pertenece a mi, me siento rara.

Me dirigi hacia el baño y me quite la sabana que tenía alrededor de mi y me mire en el espejo.

Me veo diferente, ya no soy inocente, mi virginidad se ha ido, eso me convierte en una persona diferente y no pude evitar mirar mi cuerpo, que ya no era mío sino que lo comparto con otra persona.

Pero me alegro que sea James esa persona.

Me metí en la ducha y puse el agua caliente y me deje mojar todo el cuerpo incluso el pelo y cerré los ojos durante un momento.

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Estábamos en una playa que habíamos encontrado, nadie acude nunca en ella y siempre está vacía y la elegimos para hacer la fogata de San Juan.

Estábamos alrededor de la fogata las chicas mientras los chicos explotaban petardos y hacian el tonto mientras nosotras nos reíamos y charlábamos.

—¿Soy yo o los chicos son peores que los niños explotando petardos?—dijo Amanda riendose y todas la seguimos.

—Creo que son así de por sí mismos.—dije yo riendo, entonces los chicos nos gritaron.

—¡OS HEMOS OÍDO!—gritaron todos al unísono, causandonos reír a nosotras y ellos hicieron los mismo.

Hasta que oímos a hombres hablar y sirenas sonar, nos giramos y era la policía con nuestros padres.

Estaban mis padres con mi hermana y Hunter, los de Michelle, Amanda, Richelle y los de Noah.

Los chicos corrieron hacia nosotras y nos levantamos de la arena y estábamos aterrorizados.

—¡Vosotros cinco!—dijo un policia señalandonos a mi, Richelle, Noah, Amanda y Michelle.—¡Vais a venir con nosotros!—grito el hombre y sentí que James me cogió la mano.

—¡No queremos!—gritó Michelle.

—No es una pregunta ¡es una orden!—volvió a gritar el hombre.

—¡Nosotros nos vamos a quedar aquí!—le dije yo sin soltar la mano de James y mi padre dio un paso adelante y me miró fijamente.

—Riley, deja a esos chicos y vuelve a casa, deja a ese novio que no te sirve para nada y estos chicos que no tienen futuro y así podrás volver a casa y vivir una buena vida con tus padres y hermana ¡ellos no merecen la pena!—me dijo mi padre y empece a llorar y James me acerco más hacia él y puso su brazo alrededor mío protectivamente.

—Os vamos a dar tres segundos o sino ¡os tendremos que llevar a la fuerza!—grito otro policía.