¡Juntos por fin!

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Richelle P.O.V.

Me había quedado en shock, estuvimos en silencio durante un minuto. Noah cada vez estaba mas nervioso. Y yo no sabía que decir, me quedé helada, no sabía qué hacer. Le quería decir que también me gustaba pero no podía ni hablar, entonces se me formó una sonrisa en la cara.

Estaba a punto de contestarle y ya sabia qué tenía que decirle.

—Noah, yo...—pero entonces alguien me interrumpió.

—Hey Richelle ¿nos bamos? Riley estará esperando fuera.—me dijo Amanda saliendo de nuestra habitación.—Hola Noah.—lo saludó sonriente.

—Si claro.—le dije mirándola y luego me giré para ver a Noah.—Hablamos cuando llegue.—dije sonriéndole

—Espero mi respuesta a las cinco.—dijo con una sonrisa y me dio un beso en la mejilla.

No pude evitar sonrojarme, entonces me fui con las chicas.

Dejé de mirarle y no pude evitar poner una gran sonrisa en mi cara, me dijo que yo le gustaba ¡y el me gusta a mi! No puedo evitar sonrojarme, creo que Amanda lo notó.

—Oye ¿y esa sonrisa? ¿Que te ha dicho Noah?—me preguntó sonriente.

—Bueno nada, no me ha dicho nada importante.—le dije sonriendo.

—¿Ah si? Pues esa expresión se me hace familiar.—me dijo y luego me cogió la cara y me miro fijamente en los ojos.—A ver: ojos brillantes, sonrisa muy grande y mejillas ardientes.—se quedó mirándome un momento y luego sonrió.—¡Tu estas enamorada!—me dijo gritando.

—¿Que? ¡Claro que no!—le dije soltándome de su agarre.

—¿Ah no? Puede que a tu madre la engañes ¡pero a nosotras no!—me dijo Michelle sonriente.

—¡No estoy enamorada! Y eso no es de vuestra incumbencia.—les dije nerviosa y me dirigí rápidamente hacia las escaleras.

—Está enamorada.—escuché decir a Amanda.

—¡Pues claro que lo está! No tardará ni dos segundos en contárselo a Riley.—le dijo Michelle y yo la pude escuchar.

Me conocen tan bien.

Riley P.O.V.

Cuando terminé de maquillarme, me mire si me había puesto bien el rimel y salí del baño. Entonces vi a James mirando la tele.

—¿Ya te vas?—me preguntó serio.

—Si, las chicas me estarán esperando, nos vemos.—dije cogiendo mi bolso y dirigiéndome hacia la puerta.

—¡Oye, oye, oye!—me dijo levantándose de la cama y yo me giré para verle confundida.—¿a donde te crees que vas?—me preguntó él ofendido.

—¿Con las chicas?—le dije yo confundida, no sé que le pasa.

—¿Y te ibas a ir sin antes despedirte?—me dijo ofendido.

—Lo siento, adiós.—le dije dandole un beso en la mejilla y luego le miré.

—Esas no son maneras de despedirse y eso tampoco fue un beso.—dijo él decepcionado.

—Osea ¿quieres un beso francés?—le dije yo riéndome y el me agarró y me levantó como un saco de patatas.—¡James! ¡suéltame!—le dije riendo y pegándole suaves palmadas en la espalda.

—No hasta que te despidas como Dios manda.—me dijo el riendo y dando vueltas.

—¡Esta bien! ¡Me rindo! ¡Tu ganas!—le dije y él me bajó, yo le agarré del cuello y le di como lo llamo yo un beso francés.—¿Mejor ahora?—le preguntó sonriendo.

The Next Step: El Viaje De Nuestras VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora