18. Mi dulce Juliette.

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Estando en mi habitación sonreí como una tonta, me acababa de enterar que le gustaba a Isaac. Aunque, de un modo muy evidente también le gustaba a James, ambos eran apuestos pero me era más interesante Isaac. James y yo veníamos de mundos similares y me hacía sentir a gusto pero Isaac era todo un misterio para mi y eso me llamaba mucho la atención.

Esa noche pude descansar a gusto en una cama de sábanas blancas y almohadas de plumas de ganso. Era lo único bueno que me había sucedido en días. Pero pensé en Jack, él quería irse mañana mismo a buscar el Crimson Deep. Vendría a mí a robar mi rubí. Quizá la señora Turner me lo pediría, debía hacer algo para esconderlo, inclusive sacarlo de la casa.

-Isaac ¿Qué haces aquí?
-Quiero un trago.
-¿Qué?
-Deja a el muchacho, Gibbs, viene de un padre borracho ¿Qué esperabas?
Isaac enarcó una ceja y le dio una sonrisa de triunfo a Gibbs.
-De acuerdo, sólo un trago.
Jack pidió para los tres. Ambos esperaron a que Isaac bebiera primero. Él brindó y bebió de la jarra. Todo estaba bien hasta que tosió.
-¿Qué rayos es esto?
-Ron. ¿Qué esperabas?
-No sé, cerveza. Quizá.
-No pidas gustos niño. Somos piratas.
-Bueno y entonces ¿robarán un barco? -Todos alrededor volvieron a ver, Isaac había hablado muy alto. Jack se escondió detrás de una columna y Gibbs sonrió.
-Gibbs ¿puedo llevarlo a una isla y dejarlo con un arma y un tiro?
-Jack. No es momento...
-Señor Sparrow, ¿sabe qué? no me interesa convertirme en pirata lo único que me gustaría es descubrir un tesoro.
-Bien muchacho, eso es bueno pero si eres ambicioso puedes convertirte en uno. Un tesoro no se busca por curiosidad, debe haber algo más por lo que deseas buscarlo.
-Sí, lo hay. -Replicó el chico.
-¿Y que es? -Preguntó Jack
-Isaac. -Gibbs le dio una mirada de atención.
-Una chica. -Isaac respondió.
-Bien, eso me gusta. Te convertirás en un pirata por una chica. -Jack exclamó.
-No quiero ser un pirata, señor Sparrow.
-No tendrás a la chica, entonces.
Isaac volvió a tomar de su jarra y tosió denuevo.
-Deja eso Isaac. -Le dijo su padre.
-No, el señor Sparrow dice que me voy a convertir en pirata, que mejor que comenzar con el ron.
Esa noche Jack y Gibbs tuvieron que ayudar a Isaac a llegar a la mansión de la señora Turner. Estaba un poco ebrio.
-No vuelvas a tomar más en tu vida. -Era Gibbs.
-¿Por qué? Estoy bien. -Isaac trató de dar un par de pasos solo y se fue al suelo. -Ah ya se por qué. -Isaac empezó a reírse.
-Vamos hijo. Levántate.
-No entiendo ¿Cómo se embriagó con un trago? -Era Jack. -Yo a su edad me tomaba una botella y caminaba sin tambalearme.
-Jack, tu padre te hizo tomar ron desde los 7 años.
-Me estaba enseñando a ser un pirata.
-Seré un gran pirata como mi padre. -Gritó Isaac y luego rió.
-Gibbs ¿de verdad no deseas que pasemos por la isla?
-No, Jack, ayúdame.
-Es ella padre, la chica.
-¿De qué chica habla? -Preguntó Jack.
-Ninguna. -Gibbs recostó a Isaac en la cama.
-Espera padre, no te vayas.
-Bueno, yo me voy. Te espero afuera Gibbs.
-Adiós señor Sparrow, gracias por el trago.
-Isaac. Debes descansar.
-No, la chica.
-¿De qué chica hablas?
-Mi dulce Juliette.
-Isaac, estás ebrio.
-No padre, cuando caí al mar la primera vez, vi una chica bajo el agua que venía hacia mí.
-Calypso. -Susurró Gibbs.
-¿Quién?
-Debes dormir Isaac.
-Es ella, la chica de mis sueños. Quiero besar sus labios rosas. -Isaac rió de nuevo y cerró sus ojos. Siguió repitiendo una y otra vez. "Mi dulce Juliette"

La hija de Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora