19. El rubí, es parte del mapa.

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Por la mañana escuché alguien tocar a mi puerta. Era la señora Turner, traía vestidos para mi y venía a invitarme a desayunar.
-¿Y que tal durmió, Juls?
-Magníficamente, gracias por su hospitalidad. Ha sido usted muy amable, señora Turner.

-Puede llamarme Elizabeth.
-Gracias.
-Mi hijo la llevara hoy al puerto para que lo conozca.
-Oh, eso es maravilloso.
-La llevará después del desayuno.
-¿Después del desayuno?
-Sí ¿tiene algo más que hacer?
-No ¿qué más tendría que hacer?
Elizabeth me ayudó a vestirme y observó. mi rubí. Sabía que preguntaría por él.
-Es muy hermoso, Juls.
-Oh, gracias.
-¿Fue un regalo?
-Sí, de mi madre, lo llevo desde que nací.
-Seguro es muy valioso.
-Lo es.
-Una vez yo escondí un medallón pirata, me trajo muchos problemas.
-¿Qué quiere decirme, señora Turner?
-El rubí, es parte del mapa.
-Sigo sin entender, señora. -le dije, era obvio que entendía pero me hacía la desentendida.
-Lo sabe muy bien, Juls.
-Disculpe, señora Turner pero creo que Jack la envió para pedirme el rubí. ¿Cierto?
-¿Qué?
-Dígale al sucio pirata que me lo pida él mismo.
-Juls.
-Lo siento. Es sólo que... -Estaba tan furiosa que no me había dado cuenta que le había hablado pesado a Elizabeth.
-Tranquila, debes sentirte aún conmocionada por lo de ayer. Déjeme peinarla y luego vamos a desayunar.
Asentí y luego de arreglarme bajé con ella al comedor. Sólo James, la señora Elizabeth y yo. Isaac no estaba en la mesa, me pareció extraño pero igual no pregunté. No tenía porqué.

Terminé de desayunar y no vi a Isaac por ningún lado.
-¿Estás lista, Juls?
-¿Para qué?
-Para ir al puerto.
-Oh, lo había olvidado.
En ese momento un lacayo se acercó y le habló a James muy tenuemente.
-En seguida voy.
-¿Qué pasa?
-¿Puede darme un momento?
-Sí. Adelante.

Me quedé observando unas pinturas en el salón principal y luego vi al gato de la noche anterior salir por la puerta principal. Lo seguí y caminé hasta un jardín muy hermoso.

Allí pude levantar al pequeño gato en mis brazos. Me senté en una banqueta y lo acaricié mientras tomaba el sol. Observé cuán enorme era la casa de la señora Turner. Toda esa casa para ella y su hijo nada más, pensé.
-Aquí está.
-Oh, lo siento, perseguí a éste pequeño hasta aquí.
-Es hermoso ¿cierto?
-¿Qué? ¿El gato? -Le dije distraída, él sonrió
-No, el jardín.
Sonreí levemente.
-Sí, es muy hermoso.
-Hermoso como el azul de sus ojos, Juls.

Sentí mis mejillas arder. Ultimamente estaba recibiendo muchos halagos de parte de James e Isaac. No estaba acostumbrada a eso. El gato había saltado de mis brazos sacándome de mis pensamientos.
-Gracias, James. Es un lindo halago.
-No quiero ser lindo con usted, Juls.
-¿Disculpe?
El chico, llevó su mano a la mía.
-Quiero más que lindo, quiero ser sincero y decirle cuán hermosa y agradable es su compañía.

Sonreí a James y bajé mi cabeza para que no notara mis mejillas sonrojarse. Al levantar mi rostro observé a la distancia a Isaac, estaba serio, dio media vuelta y entró de nuevo a la casa. Yo solté la mano del agarre de James. ¿Qué estaba pasándome?
-¿Nos vamos?
-Sí, vamos.

Al subirme al carruaje, observé el hermoso paisaje con detenimiento, la casa de la señora Elizabeth se encontraba en una colina, pensé en lo espléndido que sería vivir aquí. Viendo cada atardecer, recordando que mi madre lo estaría viendo en algún lado, donde estuviera. Pensé en mis hermanos. Seguro estarían extrañandome así como yo lo hacía. Miré a James sonreírme y luego lo hice yo tenuemente.
-¿Le sucede algo, Juls? La noto algo preocupada.
-Sí. Pero no estoy preocupada.
-¿Entonces?
-Estoy feliz por conocerlo. Le agradezco tanto su ayuda.
James sonrió y luego me señaló un barco en el golfo.
-Ese de allá. -Me dijo. -Ese es mi barco.
Estaba tan cerca de él que me sentí incómoda, sólo sonríe y me aparté.
-Es maravilloso.
El me miró a los ojos y luego quité la vista. La verdad me intimidaba.
-Le mostraré muchas cosas interesantes, Juls. No se arrepentirá.

La hija de Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora