9. El Holandés Errante.

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-Bien. Jovencita. -El sucio pirata se me acercó.
-Tú, eres un maldito. -Me levanté y lo golpeé con fuerza en su pecho. Él me tomó los brazos y luego se apartó.
Yo seguí llorando largo rato en el suelo, había presenciado la muerte de un hombre, uno que había sido mi amigo. Lo había traído a Tortuga a morir. Me sentía terrible.
La señora había curado a su hijo y luego habló con Jack, yo estaba segura que hablaban de mi. La vi caminar hacia donde yo estaba y luego me levantó el rostro.
-Ven, acompáñame.
Me sentía tan mal, así que hice caso a su petición. Caminé con ella al camarote, Era una hermosa dama refinada ¿Por qué tenía amistad con Jack? Era un pirata desalmado.
-Sé como te sientes. -Me acercó un pañuelo blanco para limpiar mis lágrimas. Lo tomé y negué con mi cabeza. No podía creer todo lo que estaba pasando.
-Mi nombre es Elizabeth Turner. Soy amiga de Jack hace muchos años. -Ella me miró noblemente, se notaba preocupada.
-Soy Juliette Roxton.
-Mucho gusto. -Ella se sentó junto junto a mi. -Me dijo Jack que traías un mapa, ese que tomaron del barco en que venías.
-Sí. Era para él, mi madre se lo envió
-Bien. ¿Quieres tomar algo?
-No, sólo quiero irme a casa, no quiero ver más a ese pirata repugnante.
-Mire, señorita Roxton, yo sé que es muy difícil para usted pero Jack le salvó la vida a mi hijo, salvó la mía y la de mi esposo hace algunos años, sé que es un bribón pero también tiene su lado amable. Siento mucho su pérdida, pero la verdad el mundo de los piratas es cruel y sangriento. Debió tener eso presente cuando viajó hasta Tortuga.
-¿Qué sabe usted? Es una Madame refinada, debería estar asustada como yo.
-Me enamoré de un pirata, señorita Roxton, mi esposo, el padre de James, es el Capitán del Holandés Errante. Sé más de piratas de lo que imagina.
-¿El Holandés Errante? -Le dije incrédula.
-Sí, así que, si ya terminó con su encargó, sería mejor que me diga a donde quiera que la lleve, sé que no desea pasar por otra situación como ésta.
-Estoy muy confundida. Yo... -Respiré profundo y luego miré a la hermosa señora. -Podría dejarme un tiempo a solas. Necesito pensar un poco.
Ella asistió y luego salió del camarote, yo me quedé llorando.

-Bien, Jack. ¿En qué estás metido ahora?
-Oh querida Lizzy. Ni yo sé que sucede.
-¿Donde está el Perla?
-Gibbs, enséñale el Perla.
Gibbs fue a su bolsa y sacó la botella donde estaba el barco. Elizabeth observó confundida.
-¿Cómo es que...?
-Barba Negra.
-¿Y la chica?
-Acabo de conocerla.
-¿Y el mapa? ¿A dónde te lleva?
-A ninguna parte. Aunque... -Jack sacó una carta que encontró sobre el escritorio.
-¿Qué es eso?
-Una carta, para mí.
-¿De quién?
-De ella.
-Jack, disculpa que me intrometa pero tu escuchaste al hombre del otro barco hablar de algo del padre de la chica.
Jack miró indignado a Gibbs.
-Lucille... -Susurró Jack y luego rompió el sello de la carta.
-Jack, no... espera. -Era Elizabeth. -¿Por qué mejor no hablas con ella primero? Necesito trazar un curso, hay que saber ¿A donde hay que llevarla? y a ¿dónde te lleva ese mapa?
-Es de Crimson Deep.
-¿Y qué es?
-Una isla secreta.
-Bien, yo te llevaré.
-No Lizzy, podemos buscar otro barco.
-Robar, dirás.
Jack sonrió.
-Jack, me gustaría tener algo de aventura en mi vida. James, él es como su padre, disfruta el mar pero es muy recto y servicial. Quiero que aprenda de la vida, que salga de los muros de Port Royal y que mejor que en una búsqueda de una isla escondida.
-Quizá olvide su odio por Will.
-Sí, su odio por abandonarlo no le permite entender que es imposible que vuelva más seguido.
-Bien, acepto tu oferta si me ayudas con la chica.
-Jack... -Elizabeth resopló. -De acuerdo.

La hija de Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora