Como era de esperar me desperte en la puta habitación pero esta vez con un camisón blanco con una cinta negra por el busto, ¡Aleluya!¡Ya no dormía desnuda! Como era muy cómodo llevarlo me fuí a la cocina a ver a Isa. Cuando me vió se asombro al ver lo bonita que estaba, por lo menos no llevaba lenceria como las ultimas veces.
-Ang estas hermosa
-Pero si acabo de salir de la cama, estare horrible- No me gustaba que me alagasen cuando acababa de salir de la cama, era como si me insultaran
-Ven aquí- La seguí hasta llegar a una habitación con espejo y me puso enfrente de él- ¿Ves? Estas hermosa
Mi pelo tenía los particulares bucles que se me hacía cuando dormía pero cuando me peinaba desaparecían. Mis pies estaban descalzos y me encantaba el contaco que hacían con el suelo, al parecer si que estaba guapa.
-Isa tengo una pregunta
-Dime- Sus manos se apollaron en mis hombros
-¿Dónde se fué Gabriel?
-Se fué con unos amigos y con su moto,¿Estas triste porque te dejara sola?
En realidad no estaba triste, estaba cabreada conmigo misma por ser una puta ilusa, me había tratado como una princesa hasta ayer cuando trajo a nuevas zorras, me daban ganas de pegarle unas patadas a ese gilipollas. Me fuí a mi habitación pero me detenío Isa.
-¿Tienes hambre?
En realidad primero quería comer así que haría eso antes de irme a la habitación. Me senté a la mesa y ella me trajo un rico desayuno, quería que me pusiese contenta. Luego de eso me fuí directa a mi habitación y encontra en unos cajones pantalones y camisetas de hacer deporte. Me puse un short negro con lineas blancas a un lado y una camiseta blanca, también había encontrado unas vendas, las utilizaría para una buena causa de mi entrenamiento. Fuí a la cocina para hablar con Isa y al verme se asombró.
-¿Hay una habitación libre para entrenar?
-Si, ¿desde cuando...?
-Desde que no tengo padres
Me enseño una sala donde podrí entrenar, aunque ella también quería aprender a hacer autodefensa. Primero le mande ponerse ropa cómoda como un chándal o algo pero tube que dejarle yo algo, ese puto no dejaba que las chicas utilizaran pantalón. Me puse unas vendas en las manos y en los pies mientras que Isa se cambiaba, me gustaba ponerme vendas en los pies y en las manos. Entonces salió con un pantalón algo corto y algo largo y una camiseta de deportes rosa, le quedaba muy bien. Empecé a enseñarle lo básico y poco a poco las sirvientas nos veían entrenar con ganas de hacer lo mismo.-¿Queres acompañarnos?- Como era de esperar aceptaron, lo bueno era que solo eramos seis personas en total.
Mientras Isa les enseñaba a las demás lo que aprendió mientras yo había conseguido un saco de boxeo, me recordaba al mio pero él que tenía estaba un poquito gastado. Empecé a golpearlo como cuando estaba en casa, era una sensación reconfortante pero hechaba de menos a todos.Después de una larga hora de entrenamiento decidimos ir todas a ducharnos juntas, segub había dicho Anne fortalecían los lazos. Me dió un poco de vergüenza desnudarme delante de ellas, siempre había sido así, incluso me había pasado eso con Nat cuando fueramos a la ducha juntas. Odiaba sentir tanto pudor al desnudarme pero no podía hacer nada, cuando las chicas estaban ya desnudas yo todavía no me había quitado ni la camiseta, tenía vergüenza y aparte de que estaba acomplejada con mi puto cuerpo.
-¿Ang estás bien?¿Ocurré algo malo?
Agaché mi cabeza para que nadie me viese pero hizo el efecto contrario.¡Mierda! Todas se reunieron junto a mi y no podía hacer nada, estaba acorralada. Isa se puso delante de mi.
-Chicas daos la vuelta por favor- Afortunadamente ella me miró y me sonrió. Gracias Isa, te debía una.
Cuando ya estaba desnuda y muerta de vergüenza, ella me cogió en brazos y me puso en la bañera gigante, allí cabían por lo menos diez personas tranquilamente. Isa me brotaba la espalda mientras sentía sus pechos en mi espalda, estaba muertisima de vergüenza, puto pudor de mierda. Todas hablabamos de cosas y no se como lograron que me uniese a la conversación, era un momento muy bonito hasta que el grandisimo hijo de puta entró. Todas gritamos incluso algunas lo llamaban pervertido, yo fuí la más directa y le tiré una pastilla de jabón.-¡Lo siento!
Por primera vez me sentí como en casa en ese lugar, las chicas eran muy amables incluso me ayudaban en lo que podía pero Gabriel... era un gilipollas.a
Cuando ya eran por la una alguien abrió la puerta de mi habitación y encendió la luz. Era Gabriel y Jacobe.
-¿Qué quereis ahora?
-Vistete que nos vamos de fiesta
Mierda, otra puta fiesta. Me puse un vestido negro ceñido y mis botas negras con las medias de regilla, un poco de maquillaje y me fuí sin rechistar. Gabriel me dió un azote en el culo cuando empecé a caminar junto ellos y al final llegamos junto unas motos, él se puso en una preciosa moto y me hizo señales, sería mi primera vez en moto. Me agarré fuertemente a él, aunque también me encantaba la velocidad, era una sensación maravillosa de libertad... lo que yo no tenía ahora. Llegamos a una discoteca, eso no me gustaba pero Gabriel me agarraba por la cintura para lucirme, era su trofeo. Todos los tios se quedaron embobados al verme y las tias estaban estupefactas, algunos chicos intentaban ver lo que había arriba del vestido pero solo podían ver mis piernas. Nos sentamos en un sofa de cuero y Jacobe fue a traernos unas copas, Gabriel no paraba de manosearme y de tocarme el culo y los pechos pero eso hacía que me calentase más. Me sentó en sus piernas y sentí algo duro debajo de mi culo, me pusé roja al sentirlo pero por lo menos él no veía mi cara. Me pusó mirando cara él pero todavía estaba sentada, esta vez notaba el vulto por delante y no por atrás, empezó a besarme mientras que su lengua jugaba con la mia, joder, esa sensación era genial. Después de que Jacobe nos trayese las copas todo se me tornaba borroso, seguramente por la resaca que tendría al levantarme por la mañana.
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De la Tierra al Infierno
RomanceUna chica es llevada al mismisimo infierno. Allí conoce a su secuestrado: Gabriel, el rey de los demonios