Capítulo 5: Rival

385 14 0
                                    

Me levanté por fin de la cama, era de esperar que estaría dolorida por los diversos golpes de esas cosas. Miré para los lados intentando saber donde estaba, no me encontraba en mi habitación, era más de hombre que la mia. De repente entro Gabriel sin su camiseta y con sus armas, estaba tan bueno que me quedé embobada.

-Que bien que esteas despierta, tengo que cresentarte a un nuevo amigo mio- Tragué saliba, a ver que me espera esta vez

Intenté preguntarle donde estaba mi ropa pero se había largado al baño, ¿Y ahora qué hacía? Salí de su habitación reconociendo poco a poco el camino a la mia, estaba demasiado débil y confusa. Cuando ya me encontraba allí, abrí el armario y ví por primera vez una de mis prendas de mi casa, mi vestido de punto por fin. Rapidamente me puse algo de ropa interior y fue raro pero había de muchos colores en vez de ser negra, ¿Habría pensado Gabriel en ponerme más cómoda?

Cuando ya estaba "arreglada" fuí a la cocina para desayunar un poco, estaba hambrienta pero primero tenía que pasar por el comedor y allí lo vi. Un chico de pelo negro y unos ojos profundos azules oscuros, seguramente tendría diecinueve pero ese tio estaba para empotrarlo haí mismo, es que joder, era un puto ángel.

-Hola, me llamo Daniel, ¿Tú cómo te llamas?- Me quedé muy roja cuando me miró, era tan guapo y estaba tan bueno

-Ehmm... y-yo... m-me llamo... me llamo Angela...- Estaba demasiado nerviosa, ¡¿Por qué ahora?!

-Bonito nombre, igual que tu preciosa- Me pusé más roja, era un puro ángel que me venía a buscar-¿Qué haces aquí con el rey de los angeles oscuros? Una bella ángel no debería de estar aquí

-En realidad... soy humana...

Estubimos charlando un tiempo, no era como Gabriel si no que era más educado y géntil con las chicas, era todo un caballero, parecía que me había camelado como a una cualquiera hasta que vino Gabriel.

-Daniel no me robes a la chica

-No te la estaba robando, solo estaba hablando con ella.

-Angela este es Daniel, un ángel rebelde y un amante de las fiestas

Le heché una media sonrisa de las mias, nunca había tenido una sonrisa normal, él al contrario me giñó un ojos, me ponía tan caliente ese ángel, seguramente sería más géntil que Gabriel. Gabriel me acercó más a él, ¿Por qué hacía eso? Yo quería estar al lado de Daniel. No se por que pero nos fuimos a algun sitio que propusieron ellos dos, claramente yo tenía que ir en la moto de Gabriel aunque no quisiese, cuando la encendió me asusté tanto que me agarré a él.

-Tranquila Ange, estoy aquí- Su voz me ayudaba aunque fuese Gabriel.

Nos dirijimos a un acantilado, yo siempre había tenido miedo a las alturas y eso no era la excepción. Estaba demasiado alto que hacía que me agarrase a Gabri con fuerza, estaba demasiado asustada. Gabriel me abrazaba con fuerza mientras nos acercabamos más al borde del acantilado, tenía los ojos cerrados por el miedo y sentía que alguien me observaba.

-Pequeña abre los ojos

Abrí poco a poco los ojos y vi unas vistas estupendas. El sol se estaba poniendo y los tonos naranjas estaban en el mar, miré a mi derecha y ví a Gabriel, luego miré a mi izquierda y estaba Daniel. Ya sabía a cual escojer y definitivamente ese era Gabriel, fue el primero en conquistarme aunque no fuera de la manera más romantica. El movil de Gabriel sonó y tubo que cojerlo, ¿Quién seria ese hijo de puta que arruinara el momento? Él se fué y me dejó sola con Daniel. Lo miré y observe que estaba nervioso.

-¿Qué pasa Daniel?- Se sobresaltó cuando le dije eso- ¿Estas bien?

-Ehm... si...- Algo pasaba y eso me ponía nerviosa- Angela tu... ¿Dejarías a Gabriel por mi?

-¿Qué?- Estaba con la boca abierta y demasiado sorprendida hasta que alguien me la cerró.

Me besó pero fue como las veces que me lo hacía Gabriel, con lengua pero él no paraba de jugar con la mia, quería que viniese Gabriel. Cuando se separo fue cuando vino Gabri.

-Chicos me tengo que ir a una reunión, Dany acompaña a Ange a casa- Mierda, mala idea.

Tubé que ir en su moto pero no me llevo a casa si no a su casa, ahora si que tenía miedo de ese tio. Bajamos y me agarró como un saco de patatas hasta llegar a su habitación. Me tiró en la cama y empezó a desnudarme como un salvaje, a parte de que mientras me ataba a la cama. Cuando ya estaba asustada y desnuda abrió un cajón con unos juguetitos, esto si que no me gustaba. Empezó a estimular mi coño y quería gemir pero no me dejaba, me había puesto una mordaza en la boca. Encendió uno de los juguetes, el más pequeño, y lo puso en mis pechos haciendo que mis pezones se pusieran duros. Poco a poco fue bajando hasta llegar a mi coño y en ese momento me lo metió. Quería gemir pero era incapaz, solo hacía ruiditos para que se diese cuenta.

-Tranquila pequeña, pronto la tendras dentro.

Me sacó el vibrador y me lo puso en el ano haciendo que se me saliese una lágrima. Empezó a desnudarse y no paraba de forzajear, ¡Me iba a violar! Me empezó a lamer los pezones, esto era una tortura, quería gemir o gritar, alguna de las dos me valía. De pronto sentí algo abajo, comenzó a penetrarme como un barbaro, me dolía un poco por la fuerza que penetraba, dolía muchisimo. Noté que iba más rapido y mas fuerte, por favor Dios, ¿Qué te había hecho? No podía más así que me corrí al igual que él, me lleno entera. Me quitó el vibrador y vi que había sangrado, estaba demasiado aterrorizada. De pronto me puso a cuatro patas y sacó unas bolas chinas del cajón, empezó a meterme una a una, me dolía demasiado el culo pero el seguía metiendome más bolas. Ya llevaba seis y no podía más, me dejo las bolitas colgando y empezó a desatarme para luego pasar la cuerda por todo mi cuerpo. Lo había visto en uno de los videos porno de Nick pero nunca pense que me pasaría eso a mi. Me mando meterme en la boca su dura polla para limpiarsela, no podía parar de pensar como me había pasado esto a mi. Claramente para acabar esto rápido intenté que se corriera y lo hizo, tube que beberme todo el semen que había expulsado, ya no podía más, quería que Gabriel viniese a rescatarme. Siguió follandome como un barbaro, incluso me había manchado de semen todo el cuerpo pero ya no me importaba, estaba demasiado cansada que solo pense en dormir. Me dio la pildora, gracias a dios que no quería quedarme embarazada.

-Descansa mi pequeña perra

De la Tierra al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora