Capítulo 6: vendida por alcohol

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Me desperté todavía atada, las cuerdas habían hecho moratones en mi piel y me producía dolor. De pronto lo vi, Daniel estaba vistiendose y se fijo que estaba despierta, me sonrio mientras me desataba.

-Buenos días mi pequeña perra,- Como odiaba eso- ya es hora de que te devuelva a Gabriel pero seguramente esta dormido.

Que rabia me daba verlo, antes era un ángel pero ahora lo veía con otros ojos, era un hijo de puta pero en mayúsculas, lo odiaba demasiado. Empecé a caminar para dirijirme al baño, él estaba en la cocina, muy lejos de mi. No paraba de mirar a la puerta por si ascaso entraba ese desgraciado, ahora me estaba asustando pero nadie me ayudaría, esperaría hasta llegar a casa y hablarlo con Gabriel, lo hechaba demasiado de menos. Salí de allí y cojí mi ropa, rapidamente me vesti y me fuí sin que se enterase, gracias a dios que en la mochila que llevaba siempre tenía mis patines si no me encontraría por las calles. Patiné hasta llegar a un barrio que no era de mi agrado, ¿Dónde coño me había metido? Había salido de un agujero para meterme en el infierno. Había una chica asi que intente preguntarle por Gabriel pero solo me cogió por los brazos. ¿Como podía tener más fuerza que yo? ¿Qué clase de chica era aquella?

-¡Angela!

Giré mi cabeza y vi a Isa, por fín alguien de confianza. Dejó las bolsas de la compra en el suelo y se acercó a nosotras, la desconocida se fue asustada. Me rascaba las muñecas con una expresión de dolor, esa zorra me había clavado las uñas y me salía unos ríos de sangre.

-¿Ange estas bien? Estas a sangrar- Le di una mirada de "no me digas" y ella me dió una sonrisa mientras me abrazaba.

Claramente fuimos a casa de vuelta, ¡Por fín! Al llegar a mi habitación me tire en la cama cansada preguntandome que le pasaría a Gabriel, no lo veía por la cama aunque estaría en una de las cuantas habitaciones de esa enorme casa. Empecé a recorrer los pasillos hasta llegar a la habitación de Gabri, lo quería ver y todavía estabamos por la mañana. Abrí la puerta pero no estaba, me deprimí demasiado, lo quería ver. Me fuí a la biblioteca para leer algo, nunca había estado allí pero con ayuda de las sirvientas me las apañaría.

Estaba con mis gafas puestas mientras leía un libro, casi nunca me habían visto con gafas excepto mis hermano, incluso mis padres no sabían que tenía gafas. Sentí unas manos en los hombros que me hicieron saltar, mire para atras y me tube que agachar para que Gabriel no me viese con ellas.

-Te quedan bien las gafas, por cierto, por la noche vamos a salir

Mierda, otra vez. Antes de irse me besó y era obvio que ese beso lo queria si o si. Cuando nos separamos tenía los mofletes rojos y Gabri no paraba de acariciarmelas.

-Gabriel... me gustas...- Mi voz era demasiado baja y esperaba a que no se enterasen de lo que dije

-Nunca te dejare sola mi princesa- Empecé a llorar sin explicación- ¿Qué pasa? ¿Qué hice?

-Nada, gracias Gabri

-Todo por mi princesa- Esta vez lo bese yo a él, sus labios sabían a café y de pronto me di de cuenta de que no había desayunado.-¿Tienes hambre Ange?- por supuesto que si.

Estubimos toda la tarde dandonos cariños y besos, ahora si que se había vuelto todo un caballero pero sabía que por la noche cambiaría por completo. Me heche una ducha refrescante para luego ir con Gabri. Me puse uno de los vestidos negros a parte de ponerme unos bonitos tacones. Luego de esperar unos cuantos minutos apareció Gabriel arreglado, estaba buenisimo pero se chafó todo cuando apareció por la puerta de entrada Daniel. Me guiño un ojos como siempre y los tubimos que ir.

Ya estabamos en el local de siempre, estabamos en el sofa de siempre con unas copas en la mesa, era extraño pero Gabriel no había atraido a ninguna femina de esas si no que estaba conmigo, por fín había dejado de traerlas. Empezamos a beber, yo como no estaba acostumbrada a beber me tubo que aprender, una experiencia muy bonita pero paso algo que no me gustó. Gabriel había bebido de más y Daniel aprovechó el momento.

-¿Gabri puedo quedarme esta noche a Ange?- Esa pregunta me heló la sangre

-¡Pues claro!- Puto alcohol, hace que manipular a la gente

Intenté hecharme a correr pero el Gabriel borracho me cogió de la cintura y empezó a meterme mano, por lo menos era él y no Daniel. Empezó a beber más y vinieron las zorras a... a zorrear, su trabajo. Daniel me llevó a otro lugar para luego besarme, quería pegarle pero me cogió por los brazos hasta bajar a mi cuello, adios al vestido supongo pero Jacobe nos vio y gracias a dios me iba a ayudar, pero ocurrió algo. Jacobe ahora estaba en el suelo y Daniel estaba con unas esperas de fuego, ¿Qué coño pasaba aquí?¿Dónde me metí? Parecía enfadado, sus ojos eran amarillos y se acercaba a mi, tenía miedo y solo pude agacharme y callarme. Me cogió y nos dirijimos a su moto pero esta vez me había atado y amoedazado para que me callase aunque no hacía falta de lo asustada que estaba. Llegamos a su casa y me tiró en la cama, ¿Por qué Gabri le había dicho eso? Sentí miedo y quería que lo peor pasase rapido pero sería dificil, exploraría mi cuerpo y jugaría con él, ahora estaba perdida y me habían vendido por unas miseras copas. Empezó a desnudarme y yo temblaba, quería apartarlo y eso es lo que hice pero me dió un bofetón que me quedé en la cama, estaba a merced de él, un puñetero ángel que se había vuelto un demonio. Como era de esperar me violo otra vez pero esta vez sangre más e hizo que me desmayase cubierta de sangre y semen.

Hola de nuevo, solo quería decir que gracias por todo y que por alguna razón de mi cabeza hare (si quereis) una especie de historia triste (me vino la inspiración para eso) asi que si la quereis decidmelo por lo comentarios. Gracias.

De la Tierra al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora