Capítulo 7: esclava sexual

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Me desperte encadenada, con lencería blanca y rosa, mi pelo estaba atado por coletas, ¿Qué había pasado? Solo recuerdo que Daniel me había violado otra vez y el resto era borroso y confuso. Intenté levantarme pero las cadenas me ataba uno de los tobillos. Estaba atada a un poste de marmol e intentaba por todos los medios salir de allí pero vino Daniel con una sonrisa pervertida.

-¿Qué haces pequeña perra? No puedes irte a ningún lugar, estas en el cielo

-¿El cielo? No soy un puñetero ángel, ¡Sacame de aquí!

-Te quedas aquí princesa- ¿Princesa? Nunca me habían llamado princesa excepto Gabri como una señal de cariño

Me quede callada sin hacer nada pero a mi lado había una cama, pero ahora Daniel me ponía una especie de collar de perro con una cadena, ahora si que parecía una perra. Me soltó por el tobillo e intenta escapar pero me tiró por el cuello y me mando andar. Fuimos por un pasillo hasta llegar a un trono con una tipa con alas de ángel y en ropa interior, ahora si que tenía miedo.

-¿Esta es mi nueva mascota?- ¿Me había llamado mascota?

-Lo siento pero yo no soy ningu...-De pronto vino a cojer la cadena para desatarme

-¡Pero si es mi princesa!- ¿¡Su qué!?¿¡La oí bien o era imaginación mia!?- Tienes el mismo color de pelo que tu padre aunque las puntas seas rubias- ¿Desde cuando tenía mechas?

-¿Quién eres?

-Soy yo, Celestia- No la reconocía- si eres mi prometida- ¿¡Qué!?

-Pero...- Me agarró por la cadena y me llevó al trono, me sentó igual que Gabri. Empezó a manosearme los pechos, abretandomelos e incluso había jugado con mis pezones por debajo de la lencería.- Para porfavor... tengo novio...- Ella paró en seco y me miró enfadada

-¿Quién es él?- Me asusté, pensaba que era demasiado dulce pero ahora me daba miedo- Tu eres mia y punto, si no te lo demuestro aunque ya lo hiciera Daniel y ese pero no importa, vamos a la cama

Me llevó arrastrandome a una habitación... como decirlo... exótica. Ató la cadena a la cama y me desnudó. Empezó a lamer mis pezones y a jugar con el otro, mis gemidos eran seguidos y no sabía porque pero me gustaba la sensación. Sus dedos empezaron a estimular mi clítoris, hacía que me mojase más. Bajó hasta llegar a mi coño y allí empezó a lamerlo, estaba gimiendo demasiado. Quería correrme pero luego salió de allí, empezó a desnudarase, sus pezones eran rosaditos y ella estaba depilada, que envidia me daba. Me metió los dedos y yo intenté hacerlo, estaba demasiado mojada.

-No no, las niñas buenas no hacen eso, te mereces un castigo.

Se puso encima de mi con un aparato, era una bola. Me la metió en el coño y empezó a vibrar, no paraba de gemir y ella no paraba de besarme. Me fije que ella también tenía una de esas bolitas. Estubimos asi un buen rato hasta que nos corrimos, ahora mismo estabamos tiradas en la cama, yo acurrucada en su pecho y ella acariciandome, nunca lo había hecho con una mujer pero me sentía distinta. Me volvió a besar pero esta vez sus labios eran mas dulces.

-¿Qué tal te pareció mi princesa?

-Ha sido fantastico- ¿Por qué decía aquello?

-¿Te acuerdas algo de antes de volvernos a encontrar?- No me acordaba de nada, solo me acordaba de que me habían rescatado de alguien. Me acurruqué más, se estaba demasiado bien debajo de las mantas hasta que me tocó la cintura- Ange ¿Qué tienes hay?- No había nada, antes creía que tenía un tatuaje de unas alas pero... da igual.

-No se Cele pero quiero estar aquí todo el tiempo

-Así me gusta mi princesa, es más, dormiras conmigo. Daniel tenía pensado en dejarte en una habitación aparte pero ahora quiero que esteas conmigo- La besé, me encantaba hacerlo pero creo que ya lo había hecho antes pero no se donde

-Cele ¿Por qué no nos duchamos?- Parecía una niña pequeña, incluso mi pelo se había clareado un poco- Quiero volver a cama otra vez pera dormir contigo como los viejos tiempos.

-Ya se princesa pero ¿Daniel no dejará saltarnos la cena?- La miré extrañada- ¿Qué te pasa Ange?

-¿Quién es Daniel?- Ella me sonrió- ¿Por qué hablas tanto de él?

-Es un sirviente mi niña, es nuestro sirviente- Ahora si que lo entendía- Vamos a ducharnos- Luego de eso me pegó un azote para luego que fuese a la ducha. Abrí la puerta de la habitación y asomé la cabeza.

-Te espero en la ducha Cele, no tardes mucho

-No tardaré querida, solo voy a cogernos un poco de ropa.

Narra la narradora:
Celestia estaba orgullosa, su plan de que Angela se olvidara de Gabriel había funcionado, solo tubo que hecharse aquella barra de labios. Por lo menos ahora ella sería suya y no de esos hombres. Ella la había conocido desde que era una niña aunque ella no se enterase, Angela no era humana como ella decía si no que era un ángel. Ella también se fue a la ducha y pasaron allí unas cuantas cositas de PEGI +18.

En otro lugar, Gabriel estaba en su casa tirado en la cama, la resaca que había tenido era de otro mundo pero se dió de cuenta que no estaba Angela así que la buscó por todas partes, al final dedujo que Daniel la había llevabo al lugar de procedencía del ángel rebelde. La había mandado al cielo. Ese puñetero ángel lo había traicionado para llevarse a la cosa que más quería en el mundo y ahora tenía que subir al cielo pero ¿Cómo? Solo lo había hecho para traer a Isabel al infierno pero desde entonces habían aumentado la vigilancia de aquel lugar. Asi que decidió que saliría en busca de su chica para traerla de vuelta y no resultar visible ante esos angeles guardias.

-Isa ayudame

-¿Qué pasa?- Ella estaba confusa- ¿Dónde esta Ange?

-Arriba, ayudame.

De la Tierra al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora