Capítulo 4: Cacería

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    Estaba herida, puto bicho asqueroso, ¿¡Dónde esta Gabriel cuando lo necesitas!? El vestido ya estaba roto y no tenía ningun arma, solo tenía las manos y los pies. Nos estaban esperando fuera de la puta discoteca, estaba cansada por favor, ¿Por qué no podían aparece por la mañana? Mis manos estaban goteando sangre y necesitaba a Gabriel urgentemente. Vienieron más, ¿¡En serio!? Pero por lo menos Jacobe había venido, menos mal.

-¿¡Dónde esta Gabriel!?

-Tranquila preciosa- Me miró las manos y lo mire con enfado- Ehm...

    Puto Gabriel, ¿Dónde coño estará? De pronto del cielo apareció una espada clavando a tres o cuatro bichos pero la fiesta se acabo cuando algo me agarró del tobillo arrastrandome.

-¡Ayudadme coño!- Nadie en mi ayuda y sentí algo en mi abdomen, una garra envenenada.

    Narra la narradora:
    Angela estaba todavía presa de la garra del demonio, y él levanto las dos garras que tenía por manos pero ninguno de los dos chicos hizo algún caso del cadáver. Cuando Gabriel se dió cuenta de que la chica no se movía se alarmó, corrió con su espada para darle al demonio pero este evitaba sus ataques. Jacobe hizo que sus manos se transformases en garras e intentó darle pero fué en vano, el demonio dejó caer el cuerpo en el suelo, la sangre salía de su cuerpo y Gabriel intentó acercarse a ella pero fué golpeado por el demonio. Jacobe agarró el cadáver llevandolo a otro lugar y se fijo que todavía seguía viva pero sus pulsaciones descendían en picado, la sangre seguía saliendo de su abdomen a cantidades monstruosas, parecía que estaba a piques de morir. Gabriel intentaba acabar con el demonio pero venían más, decidió retirarse. Cogió a Angela y la llevó en su moto, los demonios los seguían y la vida de la chica escapaba minuto por minuto. De pronto todo se paró.

    Narra Angela:
    Estaba en un lugar oscuro con un vestido blanco, ¿Dónde coño estaba y qué hacía asi vestida?

-Ange...

    Volteé a ver quien me llamaba y no ví a nadie, ¿Esto era una broma o qué? Empecé a caminar sin rumbo hasta que encontré una luz al final, corrí todo lo que pude pero vi dos figuras muy familiares que odiaba. Mis padres.

-Angela Cross

    Mierda, eran ellos. Heche a correr para la otra dirección, me daba igual pero no quería estar con esos diablos, me habían jodido la vida con sus normas y sus "es por tu bien".

-Ange...

    ¿Quién me llamaba? Otra vez a caminar, que bien. Me fije que esta descalza, ¿Dónde estaban mis zapatos? Antes los llevaba puestos. Empecé a oir risas de niños, me sonaban de algo muy familiar, ¿Quienes serían? Volví a aparecer en un lugar muy familiar. Allí habían dos niñas y un niño pero me sonaban muchisimo. Una de las niñas estaba en el suelo llorando, al parecer se había caido mientras jugaba con los otros.

-Ange no llores, levantate

    Me quedé boquiabierta. Ahora lo recordaba, fué cuando yo tenía seis años y mis hermanos siete y once. Me había caido cuando Nick me columpiaba y me había hecho un rasguño en la rodilla, todavía era pequeña e inocente, no como ahora. La "Mini-Nat" estaba ayudando a mi "Mini-yo" a levantarse mientras ella llamaba por "Mini-Nick". No se porque pero me pareció una escena muy bonita aunque luego mis padres me hecharían la bronca por ensuciar mi ropa, siempre se preocupaban por la ropa antes que a mi porque la ropa era de marca. Era una niña "pija" pero no tenía nada de pija, eran mis padres los pijos. Mi hermana y mi hermano eran iguales que yo pero fuí yo quien lloró más por nuestra perdida. Me fuí por donde vine pero sentí algo cálido, algo familiar pero que conocía muy poco.

    Me desperté en la cama de mi habitación, con algo cálido en mi abdomen y ví a Isa con sus manos en él. Gabriel estaba a mi lado, agarrandome de la mano, estaba algo empapada. Lo miré con pena y él al verme me sonrió.

-Tranquila mi angelito, no pasa nada- Tenía ojeras de no dormir y su voz era floja

    Isa me dedicó una sonrisa, todavía no sabía como explicar como coño me estaba curando. Todavía seguía con el dolor, algo corría por mis venas pero no sabía lo que era. Isa retiró sus manos de mi abdomen y las llevo a una bandeja con agua y translado el agua hacía mi cuerpo como lo había visto en un capítulo de un anime.

-¿Pero qué...?

-Shhh, no hables

    Sentí algo como a sangre en mi boca y por eso cerré la boca. El agua estaba expulsando algo morado de mis heridas, algo que me hacía gritar de dolor cuando salía. Isa apartó la bola de agua con la sustancia.

-Todavía queda la mitad pero por lo menos esta despierta.

-Gracias Isabel, has sido de gran ayuda

    Estaba mareada, sin saber lo que había pasado, solo tenía el sabor de algo nauseagundo en la boca. Gabriel se acercó a mi y me besó la frente, parecía un chico genial y no un hijo de puta. Sentía mi cuerpo frío y con dolor, no sabía porque pero no me sentía cómoda delante de él.

-¿Estoy desnuda, verdad?

-Si

    Suspiré un tanto nerviosa, ¿Cómo podía estar en la misma habitación que un violador mientras que yo estaba desnuda a su lado? Me acarició por debajo de las mantas y me rozó los pechos, no pude evitar un gemido de sorpresa.

-Por favor... estoy enferma...

    Paró cuando dijé eso, estaba todavía herida. Empecé a tusir y me salió un poco de sangre. Gabriel me puso un pañuelo para limpiarme la boca, estaba muy pálida. Me dió un vaso con un poco de agua pero era incapaz de tomarla asi que la bebió él y me beso para que bebiese, sus labios tenían un sabor a chocolate, era genial y sobre todo como besaba, era el puñetero genio besando. Seguimos con el beso unos minutos hasta que nos separamos para respirar. Cerré los ojos escuchando algo.

-Te quiero Ange...

    Hola a todos, bueno, este capítulo fue muy largo de hacerse aunque solo tiene unas 1000 palabras o más (perdí la cuenta). No pude acabarlo antes porque... porque tenía deberes y no me daba la inspiración para tanto pero poco a poco pude acabarlo (por fin!!), cuando tarde tanto es porque tengo insti. Chao!

De la Tierra al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora