Tres.

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CAPÍTULO 3. HOY ES EL DÍA.

Miro la hora en el móvil son casi las diez y cuarto de la mañana.

Es día 22, al fin viernes. Hoy es el día, hoy es su cumpleaños, tengo ganas de verle.

¿Me habrá echado de menos? No, seguro que no, habrá tenido mejores cosas que hacer que pensar en mi... Salgo de la cama y me visto, unos pantalones cortos vaqueros una camiseta de tirantes blanca que me la remeto por los pantalones, me miró en el espejo y me cojo una cola alta.

Bajo a la cocina y veo a Nacho, uno de mis tres hermanos pequeños, él menor de todos. Es con el que mejor me llevo ya que la otros son muy muy pesados.

- Buenos días, enano. - digo acercándome a él y depositando un suave beso en su sien.

- Hoy es él cumple de Raúl, ¿va a venir como antes? - pregunta curioso, con esa carita de entusiasmo que sólo él tiene.

Y tras dos años aún se acuerda del él. Quizás porque de alguna manera u otra yo también me acuerdo de él, no he sido capaz de olvidarlo. Raúl, él tampoco te ha podido olvidar... Me encantaría que lo supieras. Mi hermano te admiraba.

-No creo que venga...- al decirle eso Nacho entristece, y me parte el alma ver así a mi hermanito.

Todo esto es culpa tuya, maldito Raúl.

Subo a mi habitación para prepararme.

Cojo el móvil y pongo música, la canción de este verano Cheerleader de OMI, empiezo a canturrear y a bailar. Pero la canción acaba, y empieza una de esas canciones super tristes que incluso te dan ganas de llorar y yo en vez de pasar la maldita canción me quedo escuchándola.

Y como de costumbre empiezo a rallarme...
"¿Vendrá a la fiesta? ; ¿Y si tiene novia y va con ella? ; ¿Y si no quiere hablar? ; ¿Y si...? ; ¿Y si...?"
Y así millones de interrogantes son los que entran en mi mente, así como si nada llegan me derrumban emocionalmente y se van... Como un tsunami de preguntas e inseguridades que arrasa con todo a su paso y luego desaparece.

¡No puede ser! Tengo que estar feliz, él me va a ver feliz y va a ver que no le echo de menos y que estoy genial sin él, ¡se va a arrepentir de haberme dejado hace dos años!

Basta ya de malos pensamientos y de malos recuerdos basta de tonterías, yo valgo más que él y si me dejó es porque estaba ciego pero ha vuelto porque me echa de menos y lo pienso recuperar, porque sé que ha vuelto por mi.

Me autoanimo un poco y vuelvo a estar contenta.

A veces pienso que soy un poco bipolar...

Tras media hora pensando decido por empezar a prepararme, cojo todos mis biquinis y entro en el cambiador de mi cuarto, me pruebo uno naranja de flores. Luego otro de cuadrados azules y rosas. Y otro más. Y otro. Enciendo la radio, suena diez mil maneras de David Bisbal. Salgo bailando y cantando. Al final me decido por el roxy, es el que mejor me queda y el más bonito que tengo.

Miro mi móvil, son las 13:24 del medio día. Tengo que darme prisa o al final llegaré tarde como de costumbre.

-Mamá, voy al cortijo de Nuria que hoy es el cumple de Raúl y vamos a celebrarlo.

Al oír el nombre de Raúl mi madre me mira haciendo una mueca, sabe como lo he pasado por ese chico y no quiere que él me vuelva a hacer daño.

- ¿Hablamos de Raúl? ¿Raúl, Raúl?

- Sí, mamá. Raúl... No te preocupes, cuando vuelva te cuento.

Estas últimas semanas he estado muy distante de mi madre y no le he contado nada sobre el regreso de Raúl, normalmente se lo cuento todo pero no tenía muchas ganas de hablar de ese tema y más sabiendo el odio que tiene mi madre por él.

-¿A qué hora llegas?- pregunta curiosa dejando zanjado (por ahora) el tema de Raúl.

-Me quedo en casa de Nuria a dormir. Por favor - después de decirlo pongo carita de niña buena y junto las manos como si rezara.

Mi madre me sonríe y asiente con la cabeza feliz. Aunque se que no se queda muy convencida con el tema de Raúl.

-¡Gracias, mami! - digo dándole un sonoro beso en la mejilla y otro a mi padre.

Entró en mi habitación y me pongo la ropa, en una mochila ripcurl guardo una muda seca, una toalla, un peine y algo de dinero por si me hace falta.

Luego bajo veloz las escaleras entro en la cocina y abro la nevera, sacó la jarra de agua y lleno un vaso. Me lo bebo rápido y luego cojo una manzana.

- ¡Mamá, papá, me voy ya! - grito desde las puerta y al instante cierro.

Salgo de mi casa, me pongo los auriculares y pongo la música alta.

Camino despacio hacia casa de Nuria.

La música se interrumpe y suena otra canción Diario de Nadie de Jeik, me están llamando.

Me saco el móvil del bolsillo y me da un vuelco el corazón... Es Raúl.

¿Por qué me llama? ¿Contesto la llamada o no? ¿Y si se ha enterado de que voy a su fiesta de cumpleaños y solo quiere decirme que mejor no vaya?

No sé qué hacer... ¿Estoy preparada para volver a hablar con él? Toda está semana he estado pensado en que voy a decirle pero... ¿Las palabras saldrán de mi?

La Última Página Del LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora