Ella es muy bonita,
preciosa más bien
y es tan cariñosa
que evoca al edén.
Se acuesta en mi pecho
mirándome fijo,
me guiña los ojos
oliendo mi piel,
y cuando camina
mueve su trasero
como una modelo:
la muy condenada
lo hace tan bien.
Por eso la quiero,
la abrazo, acaricio,
la mezo en mis brazos,
negrita, mimada
y algo migrada:
mi gata Pelusa,
es hermosa es muy fiel.