En una de esas tardes de terral,
en las que el aire quema y arde el suelo,
caminaba un calé con desconsuelo
maldiciendo el estar sin un real.
poema 42
En una de esas tardes de terral,
en las que el aire quema y arde el suelo,
caminaba un calé con desconsuelo
maldiciendo el estar sin un real.