poema 51

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Se diría cubierta de vapor tu mirada;

Tu mirar misterioso (¿es azul, gris o verde?)

Alternativamente tierno, cruel, soñador,

Refleja la indolencia y palidez del cielo.

Recuerdas los días blancos, y tibios y velados,

Que a las cautivas almas hacen fundirse en lágrimas,

Cuando, presa de un mal confuso que los tensa,

Los excitados nervios se burlan del dormido.

A veces te asemejas a esos bellos paisajes

Que iluminan los soles de estaciones brumosas...

¡Y cómo resplandeces, oh mojado paisaje

Que atraviesan los rayos entre un cendal de niebla!

¡Oh mujer peligrosa, oh seductores climas!

¿Acabaré adorando vuestras nieves y escarchas,

Y, al cabo, arrancaré del implacable invierno

Placeres más agudos que el hielo y que la espada?

Los sentimientos no se equivocanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora