5. ¡Hasta la eternidad!

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En multimedia, Paris Peyton (Holland Roden, Lydia Martin o como quieran llamarla).

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-Sí, como cazadora.

-Vaya, eso es genial. Felicitaciones.

Con una inmensa sonrisa de sus grandes dientes blancos, Psique me miró. Sus ojos azules podrían parecer hipnotizantes por el llamativo color que conservaban. Aun así, lo que más me sorprendía es que mi hermana la hubiera elegido como su nueva jugadora cuando esta era la mejor amiga de Charlotte McLaggen.

Pareció leer mi mente.

-Fue raro que Lily me eligiera.

-Tal vez, en realidad, juegas muy bien -la halagué-. Mi hermana esta cumpliendo bien su papel de capitán: no tiene que poner sus asuntos personales por sobre el equipo.

Psique ladeó la cabeza mientras asentía, totalmente de acuerdo.

Me había encontrado con ella mientras paseaba por los jardines. Parecía ser una persona interesante, muy sociable y carismática, sobre todo teniendo en cuenta que yo solo era un desconocido que la chocaba cada vez que nos cruzábamos.

Si Lily me veía ahora, con Psique, me arrancaría la cabeza... bah, eso si se dignaba a hablarme en vez de ignorarme. Las palabras que había tenido planeado decirle no habían funcionado en lo absoluto, por lo que ella seguía completamente ofendida conmigo. Cosa que entendía: yo había sido un idiota y Lily estaba en toda la razón de odiarme.

Había antepuesto inconscientemente a Alice antes que mi hermana.

-Aun así... tengo algo de miedo -me admitió, retorciéndose las manos con nerviosismo-. Todos suelen entrar al equipo en su quinto o cuarto año. Creo que estando en sexto, el adaptarme a los demás será algo difícil...


La mire con el ceño fruncido, realmente en desacuerdo con sus suposiciones.

-Claro que no, Psique. Mi cuñada entró al equipo con una misma edad que la tuya y ella es increíblemente buena jugando.

-¿Cuñada? ¿Quién es tu cuñada?

No era raro que no supiera, dado que James y Amelie llevaban apenas un año y pocos meses de la relación que comenzaron en uno de sus últimos días del último año. Aunque los rumores corrían como pólvora dentro del castillo, también había muchos alumnos que deseaban no escucharlos o simplemente no les prestaban atención. Psique parecía ser de estos.

-Oh, ¿conociste a Amelie Moore? -pregunte, sabiendo que la respuesta iba a ser totalmente afirmativa.

Es decir... ¿Quién no había conocido a Amelie?

Lo que me tomó por sorpresa fue la palidez que adquirió el rostro de Psique, como si hubiera recordado algo verdaderamente malo.

-Emm... sí. Digamos que no tuvimos un buen comienzo.

-¿Qué paso? -cuestioné, sorprendido. Amelie había sido una persona muy querida, que no solía tener problemas con nadie...

-Bueno, yo era pequeña, estaba en cuarto año y... tenía algún tipo de obsesión, por decirlo de alguna forma, por tu hermano. Me comporte algo mal con ella... yo solía ser una chica caprichosa, así que es una de las tantas cosas de las que me arrepiento ahora.

Asentí lentamente tratando de recordar a aquella Psique... pero no podía encontrar nada, ni siquiera un pequeño indicio de su rostro. Algo que no me sorprendía dado que nunca me había interesado en conocer un nombre si no había tenido ni una mínima conversación antes.

A mi lado, Psique volvió a enrollar un mechón de su cabello en su dedo, una y otra vez. Luego, me dirigió una mirada intensa, a la vez que coqueta y seductora.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora