26. Gunhilda de Gorsemoor

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El capítulo de hoy lo dedicaré a ZoeNadiaLazoBordo. Fue algo difícil considerando que todas comentaron un montón pero la elegí a ella porque nunca dejó de hacerlo, en ninguno de los capitulos anteriores y lo hace desde Ameli. Obviamente hay un montón más y fue difícil mi decisión por lo que EL RETO SIGUE EN PIE.

Planeo dedicarle capítulo a todas las que pueda y de seguro que podré porque recién vamos a mitad de la historia, así que seguramente tendremos como 20 capítulos más (sí, literalmente 20).

***************

-En serio. No deberías haberte saltado la clase.

Golpeé la puerta del despacho dos veces y sacudí mi cabello. Luego metí la mano en mi bolsillo, pero entonces Paris pareció querer imitarme y ella misma me revolvió el pelo.

La miré con el ceño fruncido.

-Tú también faltaste -me acusó.

-Pero yo tenía con Teddy y tú con Flint -traté de hacerla entrar en razón.

En respuesta, volvió a sacudirme el cabello. Gruñí enfadado: una cosa muy tolerable es que yo mismo me sacudiera el cabello y otra el que ella lo hiciera.

-Déjalo.

-Qué aburrido.

Apretó sus labios entre sí y los separó haciendo una explosión con su boca.

-Tócale el cabello a Corner... o Spiegelman, ya ni sé quién es tu novio.

Hice golpear mi pie a un ritmo inexistente mientras esperaba. Algo frustrado, esta vez toqué a la puerta con más fuerza e insistencia.

-Corner es... bueno, es mi algo -comenzó, moviendo las manos exageradamente-. Y Troy es sólo mi amigo, al menos por ahora. Además, no tendría sentido sacudirles el cabello a ellos: tú eres un Potter, no debería molestarte.

Juró que tiraría la puerta si no venía ya a abrirnos. Paris no paraba de hablar y mi humor era de perros como para escucharla. Me había levantado enfadado y no había cambiado mi estado en ningún momento. Era a tal nivel que ni siquiera había ido a clases y me la había pasado todo el día echado en la cama hasta que decidí salir y Paris me encontró.

Necesitaba un buen baldazo de agua fría para reaccionar. Golpeé otra vez con fuerza para que abriera, interrumpiendo el circunloquio de Paris, quien gruñó irritada por mi malhumor.

-Eres peor que una chica en sus días -me dijo, en el momento exacto que la puerta se abrió.

Mi papá estaba frente a nosotros, con un aspecto demacrado. Tenía unas amplias bolsas bajo sus ojos, su nariz estaba roja y el estornudo que inevitablemente soltó me dio la pista que no se había recuperado ni un poco de su resfriado... aunque, por más que lo negara, era obvio que en realidad era fiebre.

-¡HARRY, ERES EL MEJOR! -chilló Paris, abrazándolo por la cintura como niña pequeña-. ¿Quieres ser mi modelo?

Miré a mi papá a cuerpo completo esta vez: tenía unas pantuflas (lo que significaba que recién se levantaba), unos pantalones de gimnasia... y una remera en los colores de Gryffindor que rezaba: "KEEP CALM AND JAMELIE".

Mi progenitor rió, rodando a los ojos al mirar a mi mejor amiga y, seguido a eso, volvió a estornudar. Oh, Merlín, en serio que estaba mal.

-Diu. Te re quiero, pero no me llenes de mocos.

-¿Así tratas a la persona que te compra cafés todos los días?

-Oye -llamé a mi papá-. ¿Cuándo piensas ir de Pomfrey? Eso que tienes no es solo un resfriadito.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora