25. Mesiversario.

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RETO: decidí que a partir de ahora dedicaré los capítulos próximos a los mejores comentarios. No solamente mejor comentario, puede ser también el usuario que más haya comentado o el que primero lo haga. Eso lo decidiré yo.

¿Por qué esto? Me estoy dando cuenta que los comentarios cada vez son menos y eso hace que cada vez esté menos inspirada: lo que más me importa son sus opiniones o saber si se divierten con la historia, no me importan ni los votos ni los leídos, simplemente saber que lo disfrutan. Quiero que ustedes motiven a mi inspiración y yo motivarlas por eso.

¿Se entendió? Fue como un trabalenguas.

En fin, el mejor comentario de este capítulo tendrá la dedicación del próximo y así será hasta que termine la historia.

Háganlo por él:

Háganlo por él:

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-Paris se ve horrible.

-Lo sé -respondí.

Hacía aproximadamente una semana que su plumaje ya estaba perdiendo color y abundancia. Estaba viejo y feo, apenas podía darse media vuelta cuando lo llamaba.

-Te irás ahora, ¿verdad?

Scorpius asintió.

-Claro, Colin me está esperando abajo, ¿Por qué insististe en que nos vayamos?

No sólo se lo había pedido a Scorpius, también se lo había rogado a mis otros dos compañeros de habitación: que aunque sea no aparezcan por el cuarto en una hora. Era el tiempo suficiente para arreglar mi error.

-Resulta que al parecer cumplimos un mes hoy y ayer a las doce me felicitó con una carta... -alcé la carta rosa de Alice y se la mostré a Scorpius-. Me dijo que me tenía una sorpresa, así que a partir de allí tuve que actuar rápido para tratar de fingir que lo tenía preparado ya desde hace mucho.

Y por actuar rápido me refería a mandar una carta a Paris contándole lo sucedido, pidiéndole mi capa de invisibilidad (que prácticamente era suya) y los dulces de HoneyDukes que siempre conservaba. Le prometí que luego le compraría unos nuevos multiplicados en cantidad y, aún así, aceptó a regañadientes.

Así fue que, una vez que me llegó todo, armé una pequeña nota con la contraseña de nuestra Sala Común y la adherí a un paquete en donde estaba envuelta mi capa de invisibilidad antes de dársela a Hedwig con destino hacia Alice. Quería que mi novia y yo tuviéramos un tiempo a solas, no sólo porque estaba cansado de las miradas curiosas y cotillas que nos lanzaba cualquier alumno que cruzáramos, sino más que nada porque sentía que necesitaba a la verdadera Alice conmigo para saber si la seguía amando.

-Estás muerto -negó Scorpius de lado a lado, algo divertido.

Refunfuñe y le abrí la puerta invitándolo a que se fuera, es decir, echándolo. Pero amablemente, ¿eh? Lo más cortés que se podía ser con un mejor amigo como él, que intentaba conquistar a tu prima y odiaba a tu novia.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora