Capítulo 17

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Al llegar al hospital, corremos hacia la recepción y pregunto a una de las mujeres encargadas por Christian y el piso en el que se encuentra. Ella me responde toscamente, informándome que está en el piso cuatro y habitación 332. Le agradezco y camino en dirección a la habitación, junto con mamá. Siento punzadas en la cabeza y mis manos tiemblan. Solo espero que él esté bien, me siento culpable ¿cómo pude ignorarlo? Si no lo hubiera hecho, esto no habría pasado. Al subir por el ascensor y llegar al piso indicado, busco la habitación; al encontrarla, veo a Alex en el pasillo, sentado en el suelo.

-¡Alex!- Él voltea a verme, noto en su rostro angustia y tristeza.

-Emma.- Se levanta y me da un cálido abrazo. Luego de unos segundos, nos separamos, limpio una lágrima que se desliza por mi mejilla izquierda.

-¿Cómo está? Dime que bien por favor...-

-Eso quería escuchar yo... Pero el doctor dijo que tuvo un fuerte golpe en la cabeza... No se sabe cuando pueda despertar y... Puede haber la probabilidad de que... no recuerde nada.-

-¿Qué? ¿No recuerde nada del accidente? O...- No quiero imaginarme algo así, que Christian no recuerde nada, no identifique a su familia, a mi... Sería un infortunio.

-Que no tenga el conocimiento de quienes somos, ni él mismo, de quien es....- Niego con la cabeza, intentando no admitir las palabras que salen de los labios de Alex. Siento un pinchazo en el corazón. La cálida mano de mi madre, se posa en mi hombro. Haciendo saber que tengo su apoyo. No, por favor no, eso no puede suceder. Solo es un diagnostico errado, por parte del doctor...

-¿Puedo entrar a verlo?- El deseo de verlo, se incrementa cada segundo. Quiero tocar su rostro, besar sus labios. Saber como está.

-Sí, en este momento están mis padres con él, en cuanto salgan, puedes entrar.-

-Bien...- Alex se da cuenta de la presencia de mamá.

-Oh, Alex, ella es mi madre. Mamá, él es Alex, hermano de Christian.-

-Mucho gusto señora.- Extiende su brazo.

-Oh, no me digas señora, solo llámame Carina.- Dice cariñosamente y estrechando su mano. -Lamento lo sucedido con tú hermano, espero que se recupere pronto.-Deshacen el apretón de manos.

-Gracias, lo mismo deseo yo...- Da una sonrisa fingida, ante la preocupación, inundada en su mente.

Me siento en el frío suelo, en espera por que salgan sus papás. Mi madre y Alex me imitan. Si siento este inmenso dolor en mi pecho, no puedo imaginarme lo que deben sentir sus padres.

Espero unos minutos, viendo como pasan de prisa o pausado, los del personal del hospital. El ambiente es frío, la luz de las bombillas que alumbran el pasillo,es tenue; el olor penetrante del hospital, entra por mis fosas nasales, produciendo un ligero mareo, debido a que siempre me ha afectado y desagradado, aquel extraño aroma. Observo que una pareja de unos cincuenta años salende la habitación, quebrantados e inundados por la tristeza. Alex se levanta, mamá y yo lo seguimos.

-¿Ha despertado?- Pregunta Alex, esperanzado.

-No...- Dice la mujer con los ojos rojos y llenos de lágrimas. El señor fija su mirada en mi y luego en mi madre. Alex se percata de que no nos hemos presentado y lo hace.

-Mamá, papá. Ella es Emma, amiga de Christian y su madre, vino acompañándola.-

-Es un placer conocerlos Sr y Sra Rogers.- Saludo afligida.

- Lo mismo decimos, es raro ver que Christian tenga una amiga.- Dice el hombre, sombrío. ¿Raro? ¿No es de muchos amigos?

-Un gusto Señora...- La mujer extiende la mano hacia mamá.

Mi Montaña RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora