Capítulo 6

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-Para este trabajo escrito deben hacer grupos de a dos.-
Nos dice el profesor Williams. Suena el timbre.

-Ya pueden ir en paz.- ¿En paz? Que paz voy a tener con ese trabajo inmenso que nos ha dejado.

Salgo del salón junto a Alex.
-¿Cuándo vamos a empezar a hacer el trabajo?- Es el único con el que me hablo en clase de matemáticas y además me cae muy bien, así que me he juntado con él.

-Estaba pensando en comenzar hoy. Pues para terminar, lo más pronto. Bueno, sí es que estas de acuerdo.-

-Está bien, no hay problema.-

-¿En tú casa o en la mía?- Eso ha sonado pervertido.
Alex intenta no reír pero yo estallo en carcajadas, él hace lo mismo.

-En la tuya, hoy Rosie lleva sus amigas a casa y no creo que dejen concentrarnos.-

-Vale, entonces a la salida nos vemos.- Caminamos hacia la cafetería.

-La verdad es que nos han dejado a todos muy sorprendidos con la noticia.- Dice Nicolás.

-Sí, jamás me hubiera imaginado a los dos juntos.- Dice Ana.

-¡Vamos! Pero es muy bueno que estén juntos.- Digo. -Solo espero que Sebastián no lastime a Lucy.- Veo fijamente a los ojos a Sebastián.

-Por que donde lo llegues hacer vas a estar en graves problemas, pero ¡gravísimos!- Sebastián ríe.

-Tranquila que eso nunca va a pasar. Te lo aseguro.- Me responde Sebastián. Lucy me guiña un ojo.

Volteo a ver a Adam, desde que llegué a sentarme en la mesa con Alex. Ha estado serio y viéndolo mal. Intento hablarle pero me ignora.

-¡Emma! Después de clases ¿vamos de compras?-

-Lo siento Lucy, hoy no puedo, voy hacer un trabajo de matemáticas en casa de Alex.- Le digo en un susurro para que Adam no escuche, sino, sería la tercera guerra mundial.

-Oh, está bien, diviertete y luego me cuentas.- Dice Lucy guiñando el ojo. Le sonrío y salgo a buscar a Rosie para avisarle que voy a casa de Alex.

-¡Rosie! Hoy no me esperes, debo hacer un trabajo. Llego un poco tarde. Por favor avisale a mamá.

-Vale, intenta no demorarte.-

**

Llegamos a casa de Alex, parece una mansión. Él aparca el auto en el garaje. Baja y me abre la puerta. Observo que hay un auto de más. Caminamos a la entrada. Él abre la puerta y espera a que yo, entre primero para luego seguirme.

Su casa es hermosa. Tiene diferentes cuadros colgados en la pared, hay ventanales de piso a techo y diferentes flores.

Nos dirigimos a la cocina. Él sirve agua en un vaso.

-¿Quieres algo de beber?-

-No gracias, estoy bien. Tú casa es preciosa, me gusta mucho.-

-Gracias, mi madre no es muy buena decorando, así que contrató a una persona, profesional en ello.-

-Pues, ha quedado muy linda.-

-Sí.- Él sonríe y deja el vaso en el mesón. -Vamos, si quieres algo, solo avisame.- Asiento.

-Mis padres no están en casa regresan por la noche, solo está mi hermano en su habitación.-

-Vale.- Salimos de la cocina y subimos las escaleras en forma de caracol.

-¡Chris! Ya llegamos, vamos a estar en mi habitación.- Grita Alex.

-¡Está bien!- escucho decir, de parte de su hermano.

Mi Montaña RusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora