Capìtulo 4: La Megaevolucion

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—Blue, ¿recuerdas algo de nuestro antiguo pueblo? —preguntó Laz, ya habíamos entablado una conversación como viejos amigos.

—Para nada, desperté yo también en el desierto —le respondí.

—¿Desierto? Yo desperté aquí, en Poké York...

—Uh, vaya suerte. Yo me crié todos estos años en un pueblo de Flygons. Laz, ¿me explicas qué hago aquí en esta habitación?

—Te ví durmiendo en la calle, y como buen amigo que soy no podía dejarte ahí. ¿Porque me huías siempre que te veía?

—Para mí eras un Pokémon desconocido, ¿como querías que actuara cuando me clavabas la mirada así?

—Lo siento, pero es que me parecías muy familiar... y una de estas noches recordé todo. —comentó Laz.

—¿Y no has pensado en buscar a tu familia? —pregunté.

—De casualidad lo he estado pensando todos estos días...

—¡Pues por eso pasé por aquí! Para buscar a mi familia. —le propuse a Laz.

—¿Crees que deberíamos ir?

—Claro.

—Bien, pero empezamos maña...

—¿Mañana? ¡No hay tiempo! ¡Debemos ir ahora!

—¡Espera! Debemos estar preparados. ¿Conoces sobre la megaevolución?

—Sí, he oído hablar de ella. —respondí.

—Bien, ¿y si nosotros tenemos una?

—No sé, Laz...

—Antes de irnos deberíamos consultar la biblioteca de la ciudad.

—Está bien, vamos.

Nos dirigimos a la biblioteca y comenzamos a buscar libros relacionados con la megaevolución.

—Mira, aquí hay uno. —dijo Laz.

—Yo también encontré uno. —le respondí.

—Bien, que cada uno revise en el que encontró.

Nos sentamos y comenzamos a revisar los libros.

—Uy, no tenías cara de venir a la biblioteca ♥ —habló una voz femenina y a la vez familiar.

Me giré y ví a las chicas del equipo Carisma.

—¿Quienes son ellas, Blue? —preguntó Laz.

—Son unas amigas que conocí en las afueras de la ciudad.

—Hola, pequeño —dijo Gardevoir refiriéndose a Laz.

—Hola. —respondió éste.

—Bueno, ¿qué estas leyendo, Blue? — curioseó Lopunny.

—Un libro acerca de la megaevolución.

—¿Y porqué buscas algo así?

Intenté explicarle sólo la razón por la que buscaba acerca de la megaevolución, pero acabé contándole toda mi historia.

—Ah... pues buena suerte en tu viaje ♥

—Gracias.

—¡Mira, Blue! —gritó Laz— ¡aquí dice que nosotros sí tenemos megaevolución!

Medicham asomó su cabeza y exclamó:

—¡Gardevoir, Lopunny! ¡Aquí dice que nosotros también!

—¿No lo sabías, Medicham? —preguntó Gardevoir.

—Yo tampoco. —dijo Lopunny.

—¡¿No saben lo que eso significa?! ¡Debemos ir a buscar nuestras megapiedras! —gritó Medicham tan fuerte que me pareció oír a un Exploud.

—Shh. —indicó Audino, la bibliotecaria.

—Lo siento. —se disculpó Medicham.

—¡No hay tiempo que perder! —dijo Lopunny en un susurro.

—Ay, estas chicas... —murmuró Gardevoir.

—Debemos irnos, ¡adiòs! ♥ —concluyó Lopunny.

—Adiós. —dijimos Laz y yo a la vez.

—Ah, en lo que estaba... aquí dice que nuestras megapiedras se llaman Lucarionita y Absolita, y que se encuentran respectivamente en el Monte Dojo y en la Llanura Sin. —informò Laz.

—Mira... ¡dice que Latios también tiene megaevolución! —interrumpí yo.

—¿Y eso que tiene que ver?

—Mira... ¿recuerdas que tenía un amigo llamado Latios?

—Ah, el Pokémon legendario.

—Sí. Creo que él tiene algo que ver en mi pasado.

—¿Estás diciendo que fue él quién causó la explosión que nos dejó inconscientes?

—No, estoy diciendo que Latios fue la primera cosa que recordé cuando desperté, por eso creo eso.

—Ah... Bueno. Ahora, ¿a dónde nos dirigimos primero?

—Al Monte Dojo.

—No, a la Llanura Sin.

—No, al Monte Dojo.

—No, a la Llanura Sin.

—No, al Monte Dojo.

—No, a la Llanura Sin.

—Piedra, Papel o Tijera, ¡1, 2, 3!

—¡Ja! ¡He ganado! —pavoneó Laz.

—Está bien, a la Llanura Sin... —gruñí.

En Busca De mi Memoria (Pokémon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora