Capìtulo 5: Problemas en Poké York

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—Bien, según el mapa este es el camino hacia la Llanura Sin... —me informó Laz.

—¿Qué sucede con tu departamento en la ciudad? —pregunté suponiendo que lo había dejado olvidado.

—Se lo dejé a su dueño, obviamente. No nos perdamos en detalles.

—Este... lugar me parece conocido. —susurré.

En ese momento tuve una visión, igual que cuando había visto a Laz.

Estaba yo cuando aún era un Riolu, jugando al Pilla Pilla con dos Lucario.

Entonces recordé varias cosas: este lugar se llamaba Prado Gramínea, y aquí venía yo a jugar con mis padres, y ya que estaba lejos de nuestro pueblito, veníamos volando; yo sobre un Unfezant y mis padres sobre unos Pidgeot.

Le conté de la visión a Laz, y respondió algo bastante inteligente.

—Ah, ¿sí? Pues creo que esto de las visiones y los recuerdos funciona así: cuando ves algo que viste en tu vida antes de la explosión, ves una visión que te hace recordar algo del pasado... o eso es lo que he deducido hasta ahora según lo que nos ha pasado.

—Es verdad... —iba a decir algo más, pero me interrumpiò el estruendoso sonido de un relámpago.

Laz y yo alzamos la mirada, y vimos un vórtice de nubes negras, las cuáles desde su parte central generaban rayos y truenos. Aún se podía ver Poké York y presenciar cómo todos sus habitantes huían despavoridos. En cierto momento se pudo escuchar un grito hasta donde estábamos que decìa:

—¡Ayuda! ¡Darkrai ha vuelto!

—¿¡Darkrai!? —exclamó Laz.

—¿Quién es Darkrai? —pregunté yo.

La respuesta no fue nada agradable.

—Darkrai es el Pokémon amo de la oscuridad, aquel que pretende dominar el mundo.

—Eso... ¡es terrible! —dije.

—Sí...

—¡Debemos ir a salvar Poké York! —no había terminado de hablar, cuando Laz se adelantó.

Pero unos Sableye se nos interpusieron en el camino.

—No podemos dejarlos pasar. Somos súbditos de Darkrai, y nos dió órdenes muy estrictas. —informó uno de ellos.

Habían almenos 10 Sableye a cada lado.

—Yo me encargo de los de la izquierda y tú de los de la derecha, ¿sí? —ordenó Laz colocándose en posición de batalla.

—¡Claro, para tí es fácil decirlo, eres un Absol, tienes ventaja! Pero yo soy un Lucario, ¿lo recuerdas? —le grité.

—Mira, ¿sabes usar algún ataque de otro tipo que no sea pelea?

—Sí, Puño Fuego, Puño Trueno y Puño Hielo.

—¡Pues entonces cállate y comienza a pelear!

Ataqué con un Puño Hielo que alcanzó a dos Sableye, congeló a uno y aturdió al otro.

Un Sableye me lanzó una Garra Sombría desde atrás y caí al suelo.

En Busca De mi Memoria (Pokémon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora