En Busca De mi Memoria (Pokémon)

Capítulo 11: El Monte Dojo

Cuando entramos, nos encontramos con 3 Pokémon que al parecer también querían entrar al Monte Dojo.

—¿Deberíamos hablarles? —preguntó Zafiro.

—T-tengo miedo... —dijo White con voz temblorosa.

—No pasará... Nada... (creo) —pensé.

—Hola... Esto... Queríamos saber... —habló Katsu, dirigiéndose a los 3 Pokémon.

Las 3 se giraron y me saludaron, como si las conociese. Tardé 3 segundos en darme cuenta de que... era el Equipo Carisma. En serio, esas chicas están en todos lados.

—¡Oh, qué coincidencia! Hola, Blue ❤ —dijo Lopunny.

—Ho-hola... —me sonrojé.

—¿Que hacen ustedes aquí? —dijo Medicham con un tono amenazante—. No pensarán quitarnos la Medichamita...

—¿Eh? No, no, nosotros estamos aquí por la Lucarionita. —la tranquilizó Katsu.

—Si, Medicham quiere la Medichamita, porque nosotros ya hemos conseguido la Gardevoirita y la Lopunnita. —comentó Gardevoir.

—¿Quieren ver? —sugirió Lopunny—. Mira, aquí va.

Gardevoir y Lopunny sacaron sus respectivas megapiedras y en un pispás megaevolucionaron.

—¿Verdad que impresiona? —dijeron las dos al mismo tiempo.

—Listo, ya lo vieron, ahora vamos a buscar mi megapiedra —dijo Medicham, impaciente.

—Si, antes de que alguien más la tome... ¡Somos el Equipo Carisma! —dijeron las tres al mismo tiempo, y se fueron haciendo su pose usual de siempre.

—¿Las conocían? —preguntó Katsu a Laz y yo.

—Sí... Las conocimos en Poké York.

—Bueno, avancemos. —dijo Zafiro tomando en sus brazos a White.

Caminamos un buen rato hasta que llegamos a un espacio abierto: era el Monte Dojo.

—¿Y ahora que hacemos? —preguntó White, extrañamente.

—¿Ha-has preguntado algo? —dijo Laz casi tartamudeando.

—Si, ¿me crees tonta? —le respondió—. Puede que a veces no sepa de que hablan, pero cuando es necesario estoy enterada.

—Eh... Ok... —se calló Laz.

—Es muy alto... —dijo Katsu.

—Podemos volar. —propuso Zafiro.

—¡Sí!

Laz y Zafiro megaevolucionaron y Katsu se transformó en Latios. Luego, Zafiro tomó a White en sus brazos, y yo subí a Laz.
Volamos hasta la cima, que al parecer era plana. Al fondo ví algo que brillaba: era la Lucarionita.

Ví la oportunidad ante mis ojos: corrí hacia la Lucarionita, listo para tomarla, pero algo cayó del cielo y me bloqueó el paso.
Era un... Latios. Pero sus partes que deberían ser blancas eran negras, y sus ojos reflejaban la maldad en sí. Era... E-era Dark Latios.

—QUE ESTÁS HACIENDO AQUÍ... ¡PROFANANDO UN LUGAR SAGRADO COMO ESTE! —dijo con una voz gruesa y tenebrosa.

—Y-yo... Solo quería la Lucarionita... —le dije tartamudeando.

Los otros estaban escondidos tras una roca. Me habían dejado solo. Al parecer, Dark Latios aun no se percataba de su presencia.

—VAS A SUFRIR POR ESO... ¡PREPARATE!