CAPITULO XXXI

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No se sentía cómoda en absoluto.

Los tacones eran demasiado altos y el vestido demasiado corto y ceñido al cuerpo, el maquillaje estaba muy cargado y definitivamente no estaba en su zona de confort.

—¡Vamos, ______! Te ves preciosa y ese vestido te queda de infarto.

—Creo que no fue buena idea venir...

Se encontraban sentadas en la barra, ______ estaba bebiendo un poco de vodka para deshacerse de los nervios y la incomodidad. Le había parecido buena idea aceptar la invitación de su amiga y que ella se encargara de vestirla, pero ahora que se encontraba ahí no se sentía muy bien con su decisión.

—¿Vamos a bailar? —______ se encogió de hombros, bailar no era su fuerte y mucho menos usando unos inmensos tacones.

—Creo que beberé algo más, ve tú si quieres.

—De acuerdo.

Su amiga se perdió entre la multitud que llenaba la pista de baile donde la mayoría de las personas estaban ebrias y casi teniendo sexo. Definitivamente prefería mil veces quedarse en la barra y tal vez embriagarse un poco.

—Hola, linda —le saludó un chico castaño de unos preciosos ojos verdes mientras se sentaba a su lado.

—Hola —le saludó con timidez.

—Soy Mark —se presentó con una hermosa y perfecta sonrisa.

—______ —dijo ella.

—Te ves muy aburrida —dijo mientras le daba un trago a su bebida—. Tal vez te gustaría ir a mi casa y...

—No vengo sola —dijo cortante al escuchar aquella sucia propuesta.

—¿Ah sí? Yo no te veo acompañada de nadie —ella apretó los puños, cuando más necesitaba a su amiga ella se desaparecía.

—Por favor, vete.

—Vamos linda, te caería bien un poco de diversión —dijo mientras posaba una mano en su pierna.

______ estaba a punto de darle un buen golpe en la cara cuando una mano masculina apartó con violencia la mano de Mark y la tomó a ella por la cintura.

—Ella es mía, imbécil. Así que al menos que quieras que te tumbe todos los malditos dientes mantente alejado de ella.

Ella miró al sujeto que la tomaba posesivo, no podía creer que se trataba de Kellin. Él se encontraba ahí, a su lado, salvándola de un idiota que quería llevarla a la cama. Mark murmuró un par de cosas y se fue inmediatamente.

—Gracias... —murmuró ella.

—¿Por qué dejaste que te tocara? —preguntó Kellin. Su mirada derrochaba ira.

—Yo...

—Si no hubiese llegado yo probablemente en este puto momento el ya se habría pasado de listo y su mano estaría explorando otras partes.

—¡Yo no quería que me tocara! ¿De acuerdo? —dijo molesta.

—Lo siento —murmuró—, es sólo que ese tipo me hizo enojar. De todos modos, ¿qué diablos haces aquí?

—Quería divertirme y tal vez conocer a un chico... —él soltó una carcajada.

—Tú no eres una chica de fiestas y mucho menos de pasar una noche con un completo desconocido, ______. ¿Por qué decidiste venir?

—Beatrice me invitó.

—¿Dónde está ella?

—No lo sé.

—¿Te ha dejado sola? —preguntó con voz tensa.

—Supongo.

—Siento decirlo pero ella es una perra.

—¡Kellin!

—Lo siento pero se supone que es tu maldita amiga y se desaparece dejándote sola a sabiendas de que es la primera vez que vienes a un jodido club.

—¿Y qué si es la primera vez que vengo? Puedo cuidarme sola.

—Lo he notado —dijo sarcástico.

—Iba a golpearlo y tú te metiste.

—Cómo sea ella no debió de dejarte sola.

—Da igual.



Enamorada De Un Idiota (Book 1) [Kellin Quinn Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora