CAPÍTULO XLI

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Kellin entró y la vio en el sofá leyendo un libro despreocupadamente, le quitó el libro de las manos y ella gruñó en respuesta. Luego de que ella saliera de la cafetería no había tenido oportunidad de hablar con ella, Kellin tenía la sensación de que las clases transcurrían muy lentas y que a ese paso no llegaría a hablar con ella. Después de que la clase de Idiomas terminará había evitado a todos, sólo necesitaba ver a una persona...

—¿Qué sucedió en la cafetería, ______? —le dijo esperando una explicación para su huida.

—Nada.

—¿Nada? Eso no fue nada.

—Sólo olvídalo.

—Sabes que te voy a joder hasta que me digas que pasó —______ rodó los ojos y bufó molesta.

—Me asusté, ¿de acuerdo? —dijo cruzándose de brazos. Kellin frunció el ceño y se puso en cuclillas frente a ella.

—¿Te asustaste?

—Tengo miedo de todo esto. Tú estás acostumbrado a que todos te miren y hablen de ti, es normal que seas el centro de atención pero no sé si yo pueda con eso.

—Linda, no deberías de preocuparte por eso... te acostumbrarás, además ¿qué importa lo que los demás digan? Tú eres hermosa, cualquiera que diga lo contrario está mintiendo.

—Sí, claro —contestó con sarcasmo.

—No deberías de sentirte asustada, linda. La gente habla de mí siempre, no le doy importancia a lo que dicen, lo que verdaderamente importa es el concepto que tengas sobre ti mismo.

—Kellin, no lo entiendes, no sé ni siquiera porque trato de explicarte esto —gruñó mientras se levantaba y comenzaba a caminar a su habitación.

Kellin se puso en pie un poco irritado por la situación, ella no cooperaba en nada.

—Quiero entenderte, ______, pero no podré hacerlo si te niegas a hablar conmigo —dijo desde la sala, ella se detuvo antes de entrar a su habitación y lo miró con los ojos vidriosos.

—¡Joder, Kellin! Ni siquiera sé qué somos nosotros.

Se le estrujó el corazón al verla al borde de las lagrimas y se acercó a ella a grandes zancadas y la rodeó dulcemente con sus brazos.

—Somos una pareja —ella negó con la cabeza y lo apartó bruscamente.

—No lo somos. ¡Diablos! Tú no tienes novia, no eres del tipo de chico que toma compromisos.

—Por ti lo haré.

—Esto es un error y lo sabes. Para la siguiente semana te olvidarás de mí y seguirás con tu vida acostándote con la larga fila de mujeres que esperan a que tan siquiera las notes.

Entró a su habitación dejando al pelinegro con un vacío en el pecho. Las cosas comenzaban a ir bien y de pronto ella simplemente se apartaba de él...

Enamorada De Un Idiota (Book 1) [Kellin Quinn Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora