[EDITANDO] Mi mejor amigo se llama Tomás

Capítulo 2: Un Día Especial

Las mañanas en New York eran confortables, se podía sentir, de alguna forma, cierta comodidad. El sol resplandecía ante la ciudad. 

Un nuevo día era lo que les esperaba a la familia Smith, o como la mamá lo había nombrado, "un día especial". Andrew dormía tan tranquilo en su cama, era realmente cómoda sin duda alguna, pero esa tranquilidad se interrumpió cuando la madre corrió las cortinas y el sol entró con mucha fuerza apuntando directamente hacia el rostro de Andrew y haciendo que se levantara de golpe algo irritado.

---¡Mamá! ¿por qué?---dijo algo enojado.

---Vamos cariño, ya levántate, hoy es un día especial; los pájaros cantan, el sol resplandece. Nos aguarda un gran día ¿recuerdas?---expresó con una gran sonrisa.

---Oh sí lo olvidaba, "un día especial"---añadió con tono seco.

---Así es cariño, ahora arréglate y perfúmate  bien que iremos a la iglesia y después a Manhattan Mall y quizá vayamos a comer a algún restaurante.

---No sabes lo emocionado que estoy por eso---replicó sarcásticamente---.¿Eso significa que debo vestirme de gala o algo así?

---Puedes vestirte como tu lo prefieras---antes de llegar a la puerta de la habitación hizo una pausa dirigiéndose hacia Andrew---. Pero no te vayas desnudo, por favor.

---Trataré, pero no te lo prometo---indicó con una sonrisa.

Una vez acatada la orden de su madre bajó para desayunar, observó a su alrededor detalladamente y se pudo percatar de que la casa estaba más arreglada que el día anterior. Libreros puestos en un buen lugar, las mesas de centro situadas en diferentes lugares pero a la vista, todo en su sitio correcto. Andrew quedó sorprendido de que sus padres estuvieron toda la noche poniendo un orden todas las cosas sin ayuda de el, ya que siempre les proporcionaba su gran sentido de decoración cada vez que deseaban situar algún mueble.

---¿Sorprendido hijo?---preguntó la mamá.

---¡Vaya! sí, me gusta como le dieron un lugar a cada cosa---observó una última vez a detalle el nuevo acomodo.

---Me alegra que te haya gustado hijo. Vayamos a desayunar, tu padre preparó Waffles.

---¿En serio?...¿Y no se le han quemado?---susurró.

---¡Eso fue sólo una vez!---exclamó el padre desde la cocina.

Ambos rieron, y se dirigieron hacia la cocina.

Una vez que terminaron de desayunar se dirigieron a la iglesia para oír misa y cumplir con su deber de católicos. Aunque la expresión corporal de Andrew reflejaba comodidad y algo de tranquilidad en el fondo seguía con un poco de angustia y cada vez que trataba de olvidarlo se le presentaba una ligera preocupación de un instante a otro.

Manhattan Mall, ese era el nombre de uno de los centros comerciales más visitados en New York y se encontraba ubicado en el corazón del centro de Manhattan, media cuadra del Empire State Building, Penn Station y el Madison Square Garden. Llegar ahí no les tomó mucho tiempo, pues no estaba tan alejado de su casa. Andrew quedó impresionado al entrar por primera vez a centro comercial tan fabuloso y enorme como Manhattan Mall.

---¿No crees que es fabuloso?---preguntó la madre.

Andrew admiró la planta baja con más detalle antes de responderle.

---Sí, es magnífico. ¿Estuvieron buscando toda la noche en Internet un centro comercial en New York?

---Bueno, no fue toda la noche, sólo un par de horas para encontrar el perfecto. De acuerdo, tenemos 5 horas para ir de compras y después ir a Gaonnuri para comer, sé que está un poco alejado de aquí pero, en vista de que aquí no hay restaurantes buenos, tu padre y yo optamos por ir a comer a un lugar con más categoría y en el que podamos estar cómodos y la pasemos de maravilla.