Cap. 7~Mi fiesta de cumpleaños

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Ya he dicho antes que iba a esperar a empezar las clases. El día nueve caía en viernes por lo que elegí ese día.
Invité a todas mis amigas y al principio dudaba en invitar a chicos, porque ninguna de mis amigas lo había hecho. Pero al final decidí que era y cumpleaños y quería que estuviesen mis amigos también. Así que les invité. Contaba veintidós en todal contandome a mí pero seguramente no puedo eran venir cinco o seis.
Al final resultó que sólo me fallaron tres, dos chicas y un chico.
Entre lo invitados estaba Luis. Fue genial porque yo esperaba que pasará de mi e intentara estar con las demás chicas, pero estuvo conmigo más que con ninguna otra.
Nos sentamos todos en una mesa alargada de una pizzería separados en grupitos de chicas y de chicos. Cada uno decidió donde sentarse y estaba claro que no me podía sentar al lado de todos así que me senté en un grupo de sillas aún no ocupadas para que quien quisiera se sentarse a mi lado. Para mi gran sorpresa se sentó Rubén.
No os he hablado de él. Pues yo en aquel momento era pésima en matemáticas y mi padre se empeñó en apuntarme a clases particulares. Allí le conocí. Nos hicimos amigos por las burlas que le hacíamos en silencio al profesor Don Eugenio. Es el profesor más raro que he tenido en toda mi vida, pero extrañamente el mejor. Conseguí en dos meses lo que no había conseguido en siete y, como no, aprobé la materia con notable alto.
Rubén es muy guapo y llegué a tener mucha confianza. Pero la verdad es que no me gusta, a pesar del acercamiento que tengo con él. Somos buenos amigos. A parte creo que no le interesan mucho las chicas pero eso ya es otra historia. Se ha ganado mi confianza y afecto.
Volviendo al tema de los sitios me sorprendió un poco pero nos sonreimos satisfechos al mirarnos.
Fue me atrevo a decir el mejor cumpleaños que había tenido hasta entonces. Comimos pizza, reímos, hicimos algunas fotos y salimos a dar una vuelta. Noté un poco de frío en la voz de Luis cuando vino y me dijo en la pizzería:
- Majo tu amiguito, eh. Creo que quiere algo máscontigo.
- ¡Pero que dices imbécil! Sólo somos amigos. ¿Además qué más te da lo que seamos?
- ¡No! Si tienes razón pero yo por informarte de que te mira raro.
- ¿Ah si? ¿ Y cómo me mira?
- Con la cara con la que te miré el día que te conocí.

Estuve callada un momento, no sabía qué contestar y no quería meter la pata. Entonces siguió con la frase.
- Pero bueno tú verás fea. Ya eres mayorcita para saber lo que haces.

¿Pero como tenia tanta cara de soltarme algo tan romántico y estropearlo al momento? Yo sólo le miré con cara de "exacto hermano, muy listo" y él se limitó a soltar una pequeña risita acompañada de una sonrisa y de la frase "mira que eres fea". Yo le empujé del brazo con la mala suerte que pasábamos al lado de un charco y... se calló y se empapó completamente.
Todos nos miraron extrañados y se rieron. Incluso yo sonreí. También estoy segura de que Luis rió por lo bajo. Se levantó me agarró por la camiseta nueva y me arrojó al mismo charco. Fue asqueroso. Estaba lleno de barro. Tenía ganas de ahogarse en el agua sucia pero me contuve cuando Roberto me cogió de la mano para ayudarme a levantarme y me dejó su chaqueta.
Tampoco os he hablado de Roberto, es un muchaxho que iba conmigo a primero y que repitió. Era más guapo que Rubén y encima siempre se estaba peleando conmigo intentando picarme.

Luis se quedó a mis espaldas un momento cuando noté que se llevaban a Roberto de un empujóny le tiraban al suelo. Cuando me giré me quedé de piedra. Estaba Luis encima de él y le estaba sujetando con los hombros en el suelo. Intenté acercarme pero los demás chicos no me dejaron. Me diheron que ya se encargaban ellos.
Luis y Roberto estuvieron forcejeando durante unos interminables minutos hasta que los chicos consiguieron separarlos. En el momento en el que lo hicieron me puse a gritarles.
- ¿¡Luis pero que te crees que haces!? Él solo estaba intentando que no pasase frío. Además ahora te iba a llevar a mi casa para que mi padre te diese algo de ropa de mi primo que estuvo la semana pasada y tiene nuestra edad.
Me miró confuso y luego le dirigió una mirada de odio a Roberto.
- Éramos nosotros quienes estábamos en el charco. No sé por qué se tiene que meter.

Le miré negando con la cabeza y fui acelerando el paso. Todos se iban a ir ya porque eran las ocho y media y teníamos que acelerar el paso para llegar a tiempo a la hora acordada a la que los padres tendrían que venir a recoger a todos.
Roberto era de mi pueblo a si que podíaquedarse más rato y los padres de Luis venían a las nueve por tener que hacer unos recados.
Poco a poco todos se fueron marchando y me quedé con los dos en la plaza central del pueblo.
-Bueno vamos a mi casa, tengo ropa de mi primo.- les propuse.
- No es necesario que yo valla, yo tengo ropa en mi casa. Ya vemos la peli otro día.- me dijo Roberto.

Asentí un poco triste y nos dimos un abrazo de despedida. Para mi sorpresa Luis se mantuvo callado, creo que tenía algo de miedo a que le negase la ropa porque hacia un frío que pelaba.
Aún más para mi sorpresa, cuando Roberto ya estaba un poco alejado Luis echó a correr detrás de él y lo llamó. Yo me quedé paralizada pero sólo hablaron. No sé que fue lo que dijeron pero vi que se daban la mano como señal de despedida.

En Cada CumpleañosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora