Era lunes por la tarde. Hace de esto seis meses. Yo estaba con unas amigas en la plaza central del pueblo.
Estábamos tomando ganchitos y riéndonos porque a Deisi, tan despistada como siempre, se le había olvidado drogar y encerrar a la rana con la que supuestamente íbamos a comprobar el sistema circulatorio de los anfibios. El caso es que se escapó por toda la calse y todos empezaron a gritar. La profesora se subió en una mesa y empezó a gritarnos que más nos valía atraparla o estaríamos todos más que suspensos. Cuando la iba a atrapar Juan , la rana saltó por la puerta y salió a los pasillos. Dio la casualidad de que la puerta de la clase de enfrente estaba abierta y la pequeña ranita no dudó en entrar. Allí estaban haciendo unas pruebas muy importantes a cargo de la directora del Instituto por lo que a toda la clase, incluida la profesora, nos cayó una charla de dos horas y media.
- Yo lo único que quería era liberar a esa pobre ranita que no le había hecho daño a nadie, no que me quedara directamente la asignatura para septiembre. No es justo.- decía Deisi, que era la única que no reía.
- Ya pero podías haber hecho lo que hicimos todas las demás. Soltarlas por la ventana no abrirle la caja y soltarla por la clase. Creo que casi le da un infarto a la señorita Evelin.- le dijo María. Y esta vez sí que todas saltamos a pura risa.
Yo era la única que estaba de pie porque no había más hueco en el banco. Por ello estaba de espaldas al resto de la plaza.
De repente todas pararon a la vez. He de admitir que fue un momento gracioso porque yo seguía riendo. Fue gracioso hasta que alguien me tocó el hombro y yo me giré.
En cuanto le vi me sentí extraña. No sabía si me alegraba o si tenía ganas de arrearle un par de golpes con el bolso.
Bueno pues al final mezclé las dos opciones. Le di un golpecito en el brazo con el bolso y le dije con tono alegre:
- ¿Que haces aquí?
- Y yo que pensaba que te ibas a alegrar de verme.
- No he dicho lo contrario.
- Chicas ¿me la prestais hasta las ocho? Venga que sólo es una horita, porfiii- parecía un niño de cinco años, fue gracioso.
Las miré con cara asesina pero me ignoraron.
- Claaaro, quedatela el resto de la tarde. Seguro que tenéis mucho de qué hablar.- contestó con una sonrisa de oreja a oreja Marta.
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En Cada Cumpleaños
Storie breviUna adolescente conoce a Luis en el cumpleaños de una amiga. Desde ese momento lo vee en cada cumpleaños de los amigos comunes y ambos empiezan a encajar. Perdonad las faltas ortográficas, era pequeña♡.