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—Tus ojos son muy lindos. —dijo de repente Alonso arrastrando las palabras.

—Mmh, gracias. —respondió Jos, fastidiado. Se estaba arrepintiendo de haber emborrachado al pobre Alonso, pero también debió admitir que el pelirrojo o castaño, se veía realmente adorable.

—Tengo un dedo —hipó Alonso, mirando su mano, luego subió la otra.—Ahora... Tengo dos dedos. ¡Oh Dios! ¡TENGO TRES DEDOS!

Se echó a reír el menor. Eso también le causó gracia a Jos y rió. Pero ya era momento de hacer lo que tenia que hacer, así que se levantó y tomó a Alonso de los codos y con dificultad por el peso del joven lo levantó también. Pasó el brazo delgado por su nuca y lo tomó de la cintura, y se encaminó con él hacia a los baños. Jos con un poco de trabajo llegó, primero metió a Alonso al baño pero al meterlo se escuchó un golpe en el suelo y contiguo una carcajada. Era Alonso. Entró al baño, y le puso el seguro a la puerta, notablemente no había nadie en los sanitarios, así que recogió a Alonso del suelo y lo sentó en los lavamanos.

—¿Sabías qué tu cabello es hermoso? —la sinceridad de Alonso cuando estaba borracho le gustaba y lo irritaba a la vez.

—Si, me lo han dicho —dijo Jos, observando cada facción del rostro de Alonso.

—¿Y qué también eres sexy? —rió muy ladino.

—Emh, no —contestó el pelinegro, intimidado.

—¿Puedes darme un beso en la mejilla? —rió de nuevo el menor con inocencia. Jos le tomó de sorpresa, lo pensó por unos momentos. Se acercó a la mejilla lechosa de Alonso, pero él giró su cabeza ahora si tomando por completo de sorpresa a Jos, el beso fue de pico que causo que el muchacho que está en su santo juicio sintiera algo. La risa de Alonso inundó el lugar.

—Eres un niño muy bonito —confesó Alonso con otra risa.

Hubo contacto visual por unos minutos. Los dos se miraban fijamente a los ojos. Miel contra un verde azulado. Jos esta vez no dudó y besó apasionadamente lujurioso a Alonso. Sus labios se movían rápido y fuerte, tomó a Alonso por la cintura y se pegó más a su cuerpo. Era un beso desesperado y profundo, Jos necesitaba ya a Alonso de una vez. Metió sus manos bajo la camisa del menor acariciando cada parte de él, la piel de éste era suave, muy suave como un oso de peluche. Jos retiro el mechón pelirrojo de la frente de Alonso con su mano derecha. Por otro lado, Alonso tiraba del cabello negro intenso de Jos profundizando más el beso. Al minuto el menor retiró la camisa color azul cielo del pelinegro con rapidez pura y tirarla a una esquina del baño inespecíficado y acarició todo el torso desnudo de Jos. También la piel de éste era suave como la de él. El mayor desabrochó y bajó el cierre del pantalón de Alonso para bajárselos hasta a las pantorrillas, bajó un poco la mirada besando el pecho de Alonso y obtuvo una vista tan lujuriosa y maravillosa, el abultado bóxer de Alonso hizo que al pene de Jos le doliera tanto que ya quería hacerlo suyo de inmediato.
Alonso jadeaba de tanta excitación mientras Jos le besaba su cuello y pecho, enredo sus piernas en la cintura de éste y besó su hombro y el arco del cuello. Con lentitud bajó sus pequeñas manos hasta llegar al botón de los jeans de Jos, lo desabrochó y los bajo rápido dejando a la vista el -también- erecto pene de Jos. Alonso adentró sus manos en la ropa interior del pelinegro y masajeo el pedazo de carne proveniente de Jos.

—Mmh. —gimió Jos al sentir tacto con la mano de Alonso.

Los dos estaban completamente excitados, era uno, era una sola persona pero la excitación no les duró mucho, alguien llamaba en la puerta y Jos se separó fugaz del muchacho subiéndose completamente el jeans y buscó su camisa para ponérsela, al parecer él era el único desnudo de los dos, pero había un pequeño o mejor dicho, ¡un gran problema! Su maldito pene, joder no sabia que hacer y seguían hablando en la puerta.

Cool for the summer | J.V |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora