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Alonso y Freddy salieron al súper a comprar un poco de despensa ya que en esa casa no había absolutamente nada para comer. Alan decidió no ir por flojera. Los dos caminaban en el pasillo de detergentes, Alonso miraba por un lado y el castaño por otro lado viendo unos aromatizantes.
Definitivamente no había nada en esa casa, estaba todo vacío.

—¿Cuál prefieres, lavanda o  manzana con canela? —preguntó en mayor dándole la espalda a Alonso.

El chico sólo encogió los hombros —No sé, el que tú quieras.

Continuaron haciendo la despensa de la semana. En todo el curso de las compras, Alonso andaba muy callado y Freddy quería entablar una conversación pero éste solo asentían o definitivamente no contestaba pero escuchaba lo que decía su amigo. Sin embargo, ya se quería ir del súper, quería dormir.

[…]

Después de horas de haber acabado de comprar la despensa y llegar a la casa, Alonso llegó a tumbarse a la cama, aún le dolía la cabeza a morir y el cuerpo con unas inmensas ganas de vomitar. Le agradece a Dios que durante mientras no estaba en su santo juicio  no hubiera vomito o eso mostraba su ropa. Ahorita obvio se encontraba limpio ya que Freddy y Joel lo casi lo obligaban a bañarse, pero accedió.
Alan se asomó en el umbral de la puerta tocando la puerta.

—¿Qué? —dijo fastidiado Alonso, su voz era aplastada por el edredón de la cama.

—Nada, solo venia a verte. —musitó Alan.

—Bien, ya me viste, ahora vete.

—¡Ey! No seas así conmigo, —dijo al instante el moreno. — no es mi culpa que tengas ese dolor de cabeza.

Alonso estaba siendo grosero con Alan, quien no tiene la más mínima culpa. Aún le dolía la cabeza, y estaba completamente cansado, aunque no hizo nada productivo en todo el día más que acompañar a Freddy a ir al súper pero por alguna razón no tenía la iniciativa de hacer algo y mucho menos en andar aguantando a personas que querían saber cómo estaba, solo quería descansa.

—Bien. Perdón. —su voz se escuchaba cansada al igual que su rostro se veía de tal manera —Solo quiero dormir, Alan.

—Entonces... Te dejo descansar.

—Por favor —suplicó Alonso. —Gracias.

Alan cerró la puerta despacio y Alonso se acomodó en la cama para poder dormir a gusto. Alan era una buena persona y no merecía ser tratado, así de tal forma de como lo estaba haciendo el pelirrojo, y su disculpa no sonó muy sincera ya que estaba frustrado y le urgía que se fuera de ahí, de la habitación. Quería mucho a su mejor amigo pero lo que más quería en el mundo era dormir, así que, cuando se situó en una parte de la cama para dormir cerró los ojos .

—¡No! ¡Déjame! —reía el mayor mientras Alonso le hacía cosquillas en el estómago y en las costillas —¡Me voy a hacer pipi!

No dejaba de moverse como una lombriz el adolescente de 17 años, al parecer era vulnerable a las cosquillas del menor. Era tanto la risa y los movimientos bruscos de Bryan que hizo que él mismo se  cayera de la cama de Alonso, y eso provocó que los dos rieran más hasta que les doliera bastante la panza. Bryan se levantó del suelo tranquilizando su carcajada; Alonso, desde la orilla de la cama lo ayudó levantarse.
Era la tarde de un domingo, los dos chicos siempre amaron los domingos para verse todo el día, también los sábados, pero disfrutaban más el domingo porque según ellos, era el último día que pasan juntos ya que entre semana no pueden por la escuela. 1) Bryan va en la preparatoria; 2) Alonso va en secundaria; 3) los dos van en diferentes turnos. Así que prácticamente no se ven y si , es a menudo.

Cool for the summer | J.V |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora