14.- El final de un complidado dia, pero con agradables recompensas.

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Me quedé pasmada en cuestión de segundos, era Marcus, aquel chico lindo del parque a quien había conocido en la tarde.

-Hola camila...

Yo sin moverme de mi posición, observaba como se acercaba lentamente hacia nosotras.

-H-hola Marcus.

Él solmente sonrió y me analizó de pies a cabeza, esperando encontrar la causa de mi deprimente estado.

Traía puesto el vestido azul marino rasgado de la parte inferior, además de tener salpicaduras de sangre y un poco de tierra, mi piel estaba reseca y por ende más pálida de lo normal a causa del suero y bueno... Además de eso mis ojos comenzaban a incharce debido a que estaba llorando... En conclusión estaba echa un desastre.

-Mirate... ¿Será coincidencia o destino?, te dejé llorando y de nuevo te encuentro así...

Yo seguía muda, perdiendome en los ojos esmeralda que me observaban de manera suave.

-Oye Camila reacciona- decía Sara mientras chasqueaba sus dedos enfrente de mi cara. Yo aún seguía recargada en sus hombros.

-Ah, si- dije sacudiendo mi cabeza, despertando de mi embobamiento y deshaciendo mi agarre para poder sentarme como Dios manda.

-Qué es lo que haces aquí?

Marcus como si nada, me respondió.

-Solo vine a una visita- era claro y conciso, nadamas.

-Entiendo...

Por unos segundos todo se quedó callado. Comencé a sentir que mis mejillas ardían, no se porqué.

-Camila, ¿no me presentaras a tu amigo?- me preguntaba Sara como una manera de romper el silencio que nos envolvía, en hora buena, ya todo se ponía tenso en el lugar.

-Ah si, claro.  Sara el es Marcus, Marcus ella es Sara, mi amiga.

-Mucho gusto Sara, es un placer.

-El placer es mío-decía sonriente la rubia ceniza.

Sara tenía unos bonitos ojos verdes, pero al momento de entrar en contacto visual con Marcus me di cuenta de que los ojos color esmeralda eran mucho mas hermosos.

Fue entonces que un doctor interrumpió nuestro encuentro.

-Hola buenas noches ¿ustedes son los familiares de la señora William?.

-¿Señora William?- pregunté de manera ansiosa.

-Somos conocidos de ella, la señorita de aquí ingreso junto con ella-contestó Sara de manera rápida.

Yo mientras tanto débilmente intentaba pararme de la camilla.

-¿Que sucede con ella? ¿ya salió de la operación?- le interrogué fugazmente al doctor.

Él miró el suero que estaba a mi lado, ya estaba a punto de acabar, pero aún así me reprendió.

-Porfavor no se levante aún señorita, podría marearse.

-Ya me siento mucho mejor, no hace falta.

De pronto sentí que todo a mi alrededor comenzó a moverse acto seguido me tambalee sobre mi propio eje.

-¡Camila!- gritó en lo bajo Marcus, para después sujetarme antes de que me cayera.

El doctor se acercó y ayudó al chico a subirme de nuevo a la camilla para que me sentara.

-Porfavor señorita espere unos momentos más el suero terminará en unos escasos minutos, por ahora guarde reposo.

-Está bien... Ahora ¿podría decirme como se encuentra la señora William?- el doctor se alejó de nosotros un poco para ergirse de nuevo.

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