5-Lo besé

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Estábamos solos, ¿acaso él no sabía lo que me causaba? Me miraba de una forma tan tierna, me sonreía y yo a él.

Era hermoso, con sólo mirarlo sentía de todo, no podía creer que estuviéramos así. Sin esperarlo me abrazó, pasó sus brazos por mi cintura, rodeándola, haciéndome sentir tan bien,  yo le devolví el abrazo, apoyé mi cabeza en su hombro y suspiré, él me acariciaba la espalda y yo me sentía en el cielo.

Ese momento no lo cambiaría por nada, vernos así era único. Dejé de abrazarlo para tocarle el pelo, él cerraba los ojos, sentía como se estremecía bajo mi tacto, su respiración estaba agitada y sus labios entreabiertos.

Que ganas de besarlo, lo veía así  y me imaginaba mis labios rozando y besando los suyos. Él agarró mis manos y las puso en sus mejillas, siguió sin abrir los ojos, entonces acaricié sus labios con mi dedo pulgar y él se quedó quieto, no decía nada.

No sé quién era yo en ese instante, pero me acerqué cada vez más y apoyé mi frente contra la suya. Sólo se escuchaban nuestras respiraciones, hice que mis labios rozaran los suyos por unos segundos, hasta que lo besé así sin más, demostrándole todo lo que sentía por él, me siguió el beso en un instante, se sentía tan bien, hizo que me gustara cada vez más. 

Ese beso fue lo mejor que me pasó, perdí la cordura en un instante, pero no me importó, nos besamos hasta saciarnos de nuestros labios, hasta que los besos que nos dábamos nos dejaban sin respiración.






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