Abrí mis ojos lentamente, lo último que recuerdo es la cara pecosa de Fred empapada por las lágrimas, inspeccioné un poco mi alrededor con la mirada, creo que estoy en la tienda, intenté incorporarme pero se me hizo imposible, mi cuerpo pesaba mucho y el dolor de cabeza apenas me permitía dejar mis ojos abiertos.
-Has despertado- dijo una voz junto a mí, me giré un poco y me encontré con la brillante sonrisa de Fred.
-Podríamos decir que más o menos- dejé salir en apenas un hilo de voz.
-Ya pronto nos iremos, pero duerme una hora más-
No me opuse y enseguida cerré mis ojos.
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Nuevamente desperté, me sentía considerablemente mejor, con un poco de esfuerzo pude sentarme en la cama, volteé y no vi a nadie en la tienda, me puse de pie con un poco de dificultad y me dirigí a un pequeño espejo que había en una mesita, mi aspecto era terrible, alguien había limpiado el maquillaje de mi rostro lo que dejaba al aire mis ligeras pecas y profundas ojeras, además de aquello llevaba un vendaje en la cabeza y mi cabello estaba alborotado, mis labios levemente partidos.
-Ya veo que estas mejor- oí cerca de la puerta, era Fred.
-Un poco, al menos eh podido levantarme- dije con una sonrisa, aunque desapareció –me veo terrible, que pena que me hayas visto de esta manera-
-¿De qué hablas? Siempre estas fea- estalló en carcajadas, yo solo hice un puchero en respuesta –Hablando en serio...¿ya estás bien?- repentinamente su rostro se tensó en uno de preocupación cuando dijo aquello.
-¿Me llamas fea y luego te preocupas por mí?- contesté en una sonrisa divertida.
-¿A poco te los has creído? Es obvio que no lo eres, eres preciosa- aquel cumplido me tomó desprevenida, mi mejillas se encendieron como focos rojos, aunque no pude evitar pensar que quizá habría sido una broma, pero no detecté ni una gota de sarcasmo en su voz.
-Ya me siento bien, puedo levantarme al menos- evadí.
-Debería recoger tus cosas, ya nos vamos-
-Vale- respondí con una sonrisa cansina.
Fred se retiró del umbral y me quedé sola nuevamente. Al parecer las chicas ya habían empacado todo lo suyo y algo de lo mío, así que no tuve mucho trabajo, recogí todas mis pertenencias que aún quedaban esparcidas por la habitación, aproveché de peinarme un poco el cabello y lo até en un chongo alto, lavé un poco mi cara, realmente lucía mal pero no me apetecía demasiado el maquillarme así que lo deje como estaba, tomé mi mochila y salí de la tienda, allí se encontraban todos reunidos.
-¡Záthura!- gritó Ginny -¿te sientes mejor?-
-Si...podríamos decir que si-
-Nos has preocupado bastante- dijo Hermione incluyéndose en la conversación.
-Lo siento- contesté algo avergonzada.
-¡Záthura! Qué bueno que estas bien- intervino el Sr. Weasley.
-Si-
-Así que...casi mueres ¿eh?- bromeó George en lo que colocaba su brazo sobre mis hombros –Tenías que ver como se puso Fred cuando no te encontrábamos- susurró luego en mi oído, no pude evitar sonrojarme un poco.
-Bueno, no podía morir ¿luego quien evitará que hagan cuanta tontería?- respondí divertida a la vez que reía por mi propio comentario – y...¿Dónde está mi, ¡oh! gran salvador?- pregunté colocando los ojos en blanco.
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Protégeme (Draco Malfoy)
FanfictionLas costumbres inculcadas en el hogar son difíciles de cambiar y también se pueden transformar en un peso, pueden hacerte creer que eres un tipo de persona cuando no es así, eso es lo que Draco Malfoy aprenderá cuando casi por accidente conoce a una...