Capítulo 1. El rugido del león

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Los Pevensie se encontraban en su casa en el barrio de Finchley, eran épocas de guerra, pero por suerte los niños no tenían que trasladarse a otro lugar, ya que esta guerra no afectaba a Inglaterra, pero sí que enviaban ejército Británico para poder ayudar a otros países.

Lucy se estaba leyendo un libro de Agatha Christie, "El misterioso caso de Styles", ya fue publicado hace años, aun así a ella le daba igual, lo importante era disfrutar de un libro, sin importar los años.

-¿Lucy, tienes las cosas preparadas?-Susan llamó a la puerta, la niña hizo caso omiso a la llamada de su hermana, con lo cual Susan entró en la habitación de la niña-Lucy... ya leerás durante el viaje, tenemos poco tiempo-Mientras tanto Susan cogió una vieja maleta del armario y empezó a meter ropa. Susan ya regresó de Estados Unidos hace ya dos años, pero su experiencia allí le ayudo mucho como persona, sus padres estaban muy orgullosos de ella, había madurado mucho y era muy responsable. Sus hermanos también habían madurado, pero no tanto como lo hizo su hermana, sin embargo los hermanos ya se habían convertido aquellos niños ordinarios de Londres.

Aprovechando el fin de semana iban a ir a casa de sus abuelos durante aquellos dos días, hace meses que no les veían, además solamente estaba a tres horas de done ellos habitaban.

-Perdón... tienes que leer este libro, es fascinante-La niña sonrió, dejó el libro encima de la cama y empezó empaquetar la maleta.

-No me gustan los libros sobre asesinatos-Susan rodó los ojos-Acaba la maleta, tengo que ir a ayudar a mama con las cosas- la niña asintió. Una vez que Lucy había acabado de hacer la maleta bajó por las escaleras rápidamente, su hermano mayor, Peter, había llegado de hacer unos recados.

-¡Peter!-Saludó la niña desde las escaleras con una sonrisa.

-Hola, Lu-Este le guiñó un ojo, y a continuación la Señora Pevensie apareció en el pasillo dirigiéndose a Peter.

-Peter cariño, ayúdame con esto por favor-Dijo la Señora Pevensie, el chico asintió, y desapareció del pasillo. Lucy no sabía lo que hacer en estos casos, ya que tenía todo preparado, decidió poner la radio, quería saber información acerca de la guerra.

"La guerra continua, necesitamos ayuda, tanto voluntarios como los que han ejercido en la armada, si usted quiere participar llame al número que ahora lo nombraremos..."

La niña se percató que la radio había parado de hablar, y se fijó que era su madre la que la apagó.

-Mama... ¿Por qué no me dejas oír la radio?-Suspiró la niña.

-No me gusta que oigas cosas sobre la guerra Lucy... aun eres una niña-La madre suspiró y siguió con las tareas. Lucy rodó los ojos, estaba harta de que aún le consideraran como una niña, entendía que era la pequeña de la familia, pero sabía cuidarse ella misma. Se sentó en un sillón de color marrón, y escuchó el sonido de una bicicleta acercándose hacia la entrada, se asomó por la ventana y había visto como Edmund entraba disparado.

-¡Ed!-Lucy se asomó por el marco de la puerta, este se sobresaltó del susto que le había dado su hermana.

-Hola, Lucy-El muchacho salió veloz del lugar dirigiéndose a la cocina, Lucy se dio cuenta que tapaba su rostro con su gorra negra, como si queriese que nadie le viera.

-¿Has tenido algún problema con la compra?-Preguntó su hermana apoyándose en la pared, mientras que el dejaba la compra, ella seguía sin poder ver su rostro, su hermano solo negó-¿Edmund, estas bien?-El negó otra vez.

Las Crónicas de Narnia: El Collar CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora