Capítulo 16. En alguien en que confiar

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¡Hola, Narnianos!

¿Que tal el comienzo de las clases? Espero que bien. A mi me queda menos para empezar Dx así que hay que aprovechar lo que queda de vacaciones jajajaja 

Bien, este capitulo es muy largo así que ¡disfrutadlo!

Los días pasaban y pasaban, la desolación se respiraba cada vez más ya que seguíamos sin encontrar tierra firme. El Viajero de Alba poco a poco se iba estropeando cada vez más, y sin el mástil no podíamos controlar la dirección. Las municiones eran cada vez más escasas. En vez de hacer tres comidas al día debíamos hacer por lo menos una, y eso se nos notaba a todos, más cansados, más escuálidos y con la esperanza perdiéndose sigilosamente sobre nuestras almas.

-¿Qué haremos si no encontramos tierra firme?-Preguntó Lucy.

Miré a mi amiga encogiéndome de hombros. Reepicheep se posó sobre mi hombro contemplando el mar.

-No os preocupéis, su majestad, encontraremos tierra firme. Tenéis que tener un poco de fe.

-A veces no se ni lo que es.-Dije con desdén.

El roedor me miró con reprocho ante mis palabras.

-Esperad.-Dijo Lucy.- ¿Qué es eso?

La chica cogió el catalejo y al instante su mirada se volvió brillante y una enorme sonrisa apareció en su rostro.

-¡Mirad!

La chica me prestó el catalejo, y cuando puse la mirada sobre la lente no podía dar crédito a lo que veía. Era una isla, miré con más atención si se trataba de la isla que me había advertido el mago, y parecía que no, pues aquella isla poseía varias montañas, grandes acantilados y una pequeña playa.

-¡¡Tierra a la vista!!-Gritó un hombre desde la Cola.

Todo el Viajero del Alba se puso alerta ante la noticia. Peter, Susan, Edmund, Eustace, Jill, el príncipe y el capitán, se pusieron a nuestro lado y todos comenzaron a gritar eufóricos y a aplaudir.

-¿En qué parte del mar estamos, capitán?-Inquirió Drinian.

El capitán sacó su brújula y esta comenzaba a indicar.

-Estamos en el sudoeste.

-Debemos ir hacia el norte, nos hemos desviado.

-Lo sé señor, pero debemos embarcar para reparar el barco e inspeccionaremos la isla, y nos pondremos en rumbo para encontrar la isla de los tres volcanes.

El príncipe y el capitán informaron a toda la tripulación que embarcaríamos en aquella isla, se repararía el navío y en inspeccionar la isla, pues necesitábamos municiones y quizá aquella isla nos traería alimentos. Drinian nos informó quienes iríamos a inspeccionar, mientras que el resto restauraba parte del barco. Los que iríamos a la inspección de la isla éramos: Los Pevensie, Jill, el príncipe, varios minotauros, enanos y hombres, el resto se quedaría arreglando el barco junto con el capitán. Eustace se negó rotundamente a ir con nosotros, su escusa era: "No pienso ir, ¿para qué nos ataque otros bichos como ese pulpo gigante? Prefiero quedarme aquí." Reepicheep se ofreció quedarse con él, según el roedor, quizá la tripulación necesitaría ayuda para las cosas diminutas que solo el roedor seria hábil de repararlo.

Cuando llegamos a la isla, lanzaron el ancla para sujetar el navío y toda la compañía que había sido seleccionada para la inspección de la isla nos preparamos como era debido. Cogí la daga, una espada, y coloqué el carcaj lleno de flechas junto con el arco.

Las Crónicas de Narnia: El Collar CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora