Capítulo 13. El verdadero reencuentro

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¡¡Hola a todos!!

Me he demorado muchísimo, lo sé, a demás dije en comentarios que actualizaría a finales de Mayo, y se que no he subido, pero últimamente me he sentido desanimada y desmotivada que no he tenido ganas de escribir, pero claro, no podía dejaros tanto tiempo sin actualizar, y ahora estando algo mejor por fin os traigo nuevo capítulo. Antes de dejaros leer quiero deciros que este capítulo es muuy largo, al fin al cabo he tardado mucho en subir, así que esta es la forma de deciros perdón. Ahora me callo y os dejo leer xD



Cuando el Viajero del Alba fue trasladado hacia el puerto de Cair Paravel no perdimos ni un segundo en comenzar con la restauración del navío. Día tras día arreglábamos cada parte del barco. Todos los habitantes se pusieron en marcha para dejar el navío impoluto. Peter, Lucy y Jill (junto con el resto del habitantes) se encargaron en limpiar por dentro el barco, en cambio, Susan, Edmund, Eustace, Reepicheep y yo, lijábamos la madera, restaurábamos los armarios, sillas... y cosíamos la vela.

Y llegó el día de partir hacia el gran mar de Narnia. En aquel momento yo me encontraba en una de las torres de Cair Paravel, con la mirada puesta en el hermoso mar acompañado del ruido de las olas. Sentía los nervios a flor de piel. Estaba tan eufórica en poder explorar el gran mar y sobretodo encontrar la respuesta respecto a mi gran duda.

Cogí una mochila y guardé algo de ropa en ella, también cogí mi bolso junto con mis pertenencias. Drinian nos informó que no hacía mucha falta en llevar tanta ropa, pues en el barco habría vestimenta de sobra para el viaje. Según había oído el viaje estaba programado para meses, ya que siempre podría suceder algún improvisto y siempre se recomendaba llevar más comida de lo debido para evitar cualquier problema.

Una vez preparada salí de mi habitación e ir en busca del resto del grupo. Cuando salí de mi hospedaje, toda la fortaleza estaba repleta de telmarinos y narnianos, ajetreados y moviéndose de un lado para otro, algunos de ellos cargaban armaduras en sus manos, o baúles llenos de ropa y calzado. Cuando empecé a caminar, cada dos por tres debía de esquivar a la gente, ya que algunos iban corriendo. Conseguí salir de Cair Paravel, descendí hacia el puerto y ahí mismo me topé con los Pevensie, Scrubb y Pole, sentí un gran alivio al verlos.

-¡Por fin os he encontrado!-Dije, acercándome hacia ellos.

-Tan poco era tan difícil.-Contestó Lucy, entre risas.

-No sabes la de gente que he tenido que esquivar. Está todo Cair Paravel ajetreado.

-Es normal. Si tú supieras las veces que hemos viajado en la Época Dorada...-Dijo Lucy-¿Verdad, Ed?

-Oh si, y que lo digas.-Respondió su hermano, sin prestar mucha atención a su hermana. Su mirada se centraba básicamente en el navío.

-¿Estáis listos para surcar los mares de Narnia, queridos amigos?-Preguntó el príncipe, que llegaba acompañado por su madre, y por Reepicheep.

-¡Y tanto, príncipe!-Exclamó Lucy.

-Es genial que vayamos a viajar en barco. Me has hablado tantas veces del Viajero del Alba, Scrubb.-Le dijo Jill a su amigo, Eustace.

-Te encantará, Pole. Mientras que no te marees como yo.-Respondió el aludido.

Posé mi mirada en el barco, el sol chocaba en la proa con forma de dragón dando una imagen digna de ver, y es que el Viajero de Alba no poseía un gran tamaño como otros barcos, pero su estética era maravillosa.

Las Crónicas de Narnia: El Collar CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora