Capitulo 7.

1.6K 56 11
                                    

Las parejas bajan la escalera.
Ruth y Cal.
Rose y Jack.
—Querida, que gusto verte.
—Es un viaje notable.
—Es una locura ¿no?
—Lindo perfume.
Ruth y Cal saludan cordialmente a los otros pasajeros.
—Ahí esta la condesa de Rothes. —Rose le muestra a la mujer a la cual se refiere, mira a su alrededor —y él es John Astor, el más rico en el barco. Su esposa, Madeleine, es de mi edad y esta esperando.
Jack y Rose la miran.
—¿Ves cómo trata de ocultarlo? –él sonríe —es el gran escándalo.
Mira a el frente y continua:
—Ese es Guggenheim y su amante, Madame Aubert. La señora esta en casa con los hijos, claro. —hace una pausa —Por acá esta  Sir Cosmo, y Lady Duff-Gordon.
Le enseña a los pasajeros que se encuentran hablando con Ruth y Cal.
—Diseña lencería vulgar, es uno de sus talentos. —dice, la mujer la saluda y Rose hace el mismo gesto —es muy popular entre la realeza.

—Lo felicito, Hockey, es estupenda. —dice aquel pasajero mirando a Rose.
—Pues gracias. —contesta Cal.

—¿Escolta a una dama a la cena? —pregunta Molly.
—Por supuesto —contesta Jack y la toma del brazo, del lado opuesto a Rose.

—¡Amorcito! ¡Amorcito! —Cal llama a Rose, pero ella parece no escucharlo.

—No es la gran cosa ¿verdad? —le pregunta Molly —recuerda, aman el dinero, finge tener una mina y entrarás al club. —se detiene—Hola Astor.
El hombre se da vuelta.
—Vaya, ¿qué tal Molly? Que gusto verla.
—J.J., Madeleine, les presento a Jack Dawson. —dice Rose.
—Mucho gusto —saluda ella
—Un placer.
—Hola, Jack. ¿Eres de los Dawson de Boston? —pregunta Astor.
—De hecho, de los de Chippewa Falls.
—Ah, si.

Jack y Rose continúan saludando a los otros pasajeros de primera clase.

Debió estar nervioso, pero nunca titubeó. Supusieron que era uno de ellos Quizá heredero de una fortuna de trenes. Nuevo rico, obviamente, pero aún así, miembro del club.

Jack saluda a una mujer tomándole de la mano y besando esta.

Claro que siempre contaba uno con mi madre.

—Hable de su hospedaje en tercera, Sr. Dawson. —provoca Ruth en la mesa, una vez todos sentados —supe que es bueno en este barco.
—El mejor que he visto, casi no hay ratas.
Los pasajeros que se encuentran en su mesa ríen.
—El Sr. Dawson viene de la tercera clase. Ayudo a mi prometida anoche. —Cal le comenta a toda la mesa.
—Resulta que es un artista bastante bueno. —habla Rose cambiando de tema. —hoy me mostró algo de su trabajo.
Cal continua hablando a pesar de los camareros que le sirven la comida a su alrededor.
—Rose y yo diferimos en lo que es un buen arte. No por impugnar su trabajo, señor.
Jack hace una seña con la mano, asintiendo. Sin problema.
Rose se limpia los labios con una servilleta y le susurra a Jack de que debe hacer lo mismo. Él coloca la servilleta en sus piernas.
—Puede ser mío en papel... Pero a los ojos de dios, es de Thomas Andrews.
Jack mira los cubiertos en frente suyo. Cinco de un lado y cinco del otro, variados.
—¿Son todos míos? —le susurra a Molly
—Empieza de afuera adentro.
—Conoce cada ribete, ¿no, Thomas?
—Si.
—El barco es una maravilla, de verdad.
—Gracias, Rose.
Un camarero se acerca a Jack y le pregunta:
—¿Como toma su caviar, señor?
—No quiero caviar, gracias. Nunca me ha gustado mucho.
Rose lo mira y baja la vista con una pequeña sonrisa.
—¿Donde vive, Sr. Dawson? —pregunta Ruth llevándose un bocado de caviar a la boca.
—Mi dirección actual es el R.M.S Titanic, luego, dependo del humor de dios.
—¿Como tiene medios para viajar?
—Trabajo de lugar en lugar, barcos pesqueros y eso. Pero gane mi boleto en el Titanic, en una mano de póker. Una mano muy afortunada.
Jack mira a Rose que le devuelve la mirada y una sonrisa bajando su copa de champaña.
—La vida es una juego de azar. —comenta otro pasajero.
—Un verdadero hombre hace su suerte, ¿No, Dawson?
Jack le levanta la vista y asiente.
—¿Y le parece atractiva esa existencia errante? —pregunta Ruth con más empeño.
Molly la mira con recelo.
Jack baja la mira y baja la vista.
—Si, señora, así es.
Ruth toma una copa.
—Tengo todo lo que necesito aquí conmigo. Tengo aire en los pulmones y hojas de papel en blanco. Me encanta despertar sin saber que pasara, —le da un mordisco a un panecillo— o donde terminare. La otra noche dormí bajo un puente y ahora estoy en el barco mas grandioso tomando champaña con ustedes. Sírvame un poco mas. —el mesero hace lo que pidió —la vida es un don, y no quiero desperdiciarla.
Toma un poco y continua:
—No se sabe que mano tendrá uno después. Se aprende a tomar la vida como viene.
Mira a Cal
—Toma Cal. —Jack le tira una encendedor. Cal lo ataja.
—Para hacer que cada día cuente.
—Bien dicho, Jack. —dice Molly asintiendo.
—Cierto, cierto.
—Por hacerlo que cuente. —Rose levanta su copa.
Todos levantan sus copas
—Por hacerlo que cuente.
Jack asiente y levanta su copa,
Rose lo mira sonriendo. Y Cal...
Mientras los músicos tocan sus violines, los camareros traen mas comida.
—Mi marido ignoraba que puse el dinero en la estufa. —Molly y los pasajeros ríen —Llego ebrio festejando y la prendió.
Jack ríe mientras come un aperitivo.
—Ahora tomaran brandy en el salón de fumar. —le susurra Rose a Jack y el asiente.
—Bueno, ¿tomamos un brandy, señores?
—Que buena idea.
—Si
Contestan los demás.
Rose asiente poniendo los ojos en blanco.
—Se van a una nube de humo y festejan por ser amos del mundo.
—Señoras, gracias por el placer de su compañía. —dice uno de los pasajeros.
—¿Te llevo al camarote? —le pregunta Cal a Rose.
—No, me quedo.
Jack se levanta.
—Tenga, Molly.
Jack le entrega algo a Molly y ella lo guarda en su cartera.
—¿Nos acompaña, Dawson? No querrá quedarse con las mujeres.
—No, gracias. Debo volver.
—Quizá sea mejor. Será negocios, política y eso. No te interesaría. —Cal le dice y pasa por su lado —Dawson, que bueno que viniste.
Le arroja de vuelta su encendedor.
Jack baja la cabeza y camina hacia Rose.
—¿Tienes que irte, Jack?
—Debo ir con los demás esclavos.
Rose sonríe.
Ruth mira a su hija y a Dawson.
—Buenas noches, Rose.
Jack le tiende su mano con un papel en ella. Besa la mano de Rose y se aparta. Asegurando que la tenga, se da vuelta y camina.
Rose traga saliva, mira a Jack. Abre el papel.

"HAZ QUE CUENTE, NOS VEMOS EN EL RELOJ"

Rose se encuentra sorprendida y no se da cuenta que Ruth la mira.

Rose mira a Jack que está apoyado en la escalera mirando el reloj que esta en el centro de ese salón.
Suspira y sube la escalera.
Jack se da vuelta sonriente.
—¿Quieres ir a una verdadera fiesta?

TitanicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora