Cap.93

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Narra Jaden

Reconozco que estaba muy molesto cuando me fui de casa de Patsy. Es decir, ¿Solo me había invitado para que su madre ahogara mi celular? Pero admito que me ponía algo eufórico el hecho de tener un celular nuevecito y de un modelo más reciente que el que tenía. Por lo menos la señora Gladiola había tenido la decencia de arreglar su error. Pero aun así quería hablar con Zeina nombre lo que había pasado, tal vez si me pasaba un rato de mi vida escuchando sus teorías conspiradoras sobre la familia Roberts, se me pasaría el mal humor.

Cuando el chofer me dejo en casa, lo primero que hice fue entrar e ir directo a su habitación. Ya después tendría tiempo para configurar mi celular y mandarle algunos mensajes a Danny. Iba a hacer lo mismo que ella hacia y entrar sin permiso a su habitación, pero curiosamente estaba cerrado.

-Ella nunca cierra su cuarto con llave...-susurré para mí mismo y luego toque dos veces. Sentía que algo raro estaba pasando-Zeina, ¿Estas ahí? Necesito hablar contigo.

-¡S-si! Espera un minuto, es que me estoy cambiando-Esa repuesta sonó poco lógica para mí. ¿Zeina cambiándose a puerta cerrada? Ni que fuera yo.

-¿Está todo bien?-Generalmente no juego a ser un hermano preocupon, pero esta vez tenia razones de sobra para empezar a preocuparme.

-¡Te digo que sí! No seas impaciente o te juro que hare un muñeco vudú con tu cara y de alguna forma lograre que te salgan arrugas-gritó algo desesperada y yo solo tragué saliva. No sabía si ella tenía esos poderes, pero por si acaso mejor sería que me quedara quieto en mi lugar.

Espere alrededor de cinco minutos, en los cuales oí demasiado escandalo dentro de la habitación y después de un fuerte estruendo, que me descoloco un poco; por fin abrió la puerta mientras jadeaba ligeramente. Enarqué una ceja esperando alguna explicación coherente, pero ella solo me sonrió nerviosa y eso solo afilo mi sentido de la curiosidad.

-¿Enserio no pasa nada?-pregunté mientras me adentraba a ese terro...ejem, al cuarto de mi querida hermana mayor-Se escuchó demasiado ruido y yo te veo con la misma ropa que en la mañana-caminé hasta su puff en forma de panque y me dejé caer sobre él.

-Te digo que todo está bien-le restó importancia con un gesto de su mano y se sentó en la orilla de su cama mientras abrazaba un cojín en forma de caramelo.

-Mmmm...-la escudriñe con la mirada de arriba a abajo y justo cuando iba a dejar el tema por la paz mi vista se topó con dos cosas fuera de lo común-Oye Zeina, ¿Porque hay agua sobre el piso y por qué esta la crema desmaquillaste sobre tu buro?-¿Zeina maquillada? Solamente en sus recitales.

-¡Bien!-Gritó derepente mientras levantaba las manos como si la estuviera arrestando-Estaba probando a ponerme maquillaje, pero no me salió nada bien-hizo un puchero y sus mejillas se pusieron rojas de la vergüenza.

-¿Por qué quieres maquillarte?-esto tenía que ser el fin del mundo.

-Eso si no te interesa-parecía ofendida por mi comentario.

-Vale, no te enojes conmigo. Solo se me hizo extraño, ya que yo pienso que ya eres muy bonita sin necesidad de maquillaje-me miró como si hubiera dicho algo súper extraño. Me sentí tan intimidado que termine haciendo lo mismo de siempre-Claro, yo soy un millón de veces más genial y atractivo, pero tú puedes tener el segundo lugar si quie...-su almohada se había estampado en mi cara-¡Hey! en la cara no, que de eso vivo.

-Eres un idiota, justo cuando pensé que estabas diciendo algo inteligente-exclamó exasperada y se dejó caer en su cama-Mejor dime a que viniste, tengo miles de cosas que hacer.

-¿A si? ¿Cómo que cosas?-reí ligeramente por su comportamiento infantil y me hizo sentir mejor que ya no tuviera su mirada sobre mí.

-Como...como ir a dar un paseo al parque. Una bailarina necesita mucho ejercicio.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora