Cap. 164

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Narra Brian

Decir que estaba muy nervioso era poco comparado con la revolución que sentía dentro de mi pecho. Caminaba de un lado a otro mientras trataba de recordarle a mis pulmones que debían mandar aire a mi cuerpo para que yo pudiera seguir viviendo.

—Si sigues moviéndote de un lado a otro harás un agujero en el piso—la voz de Cecyll lejos de tranquilizarme me hacía sentirme aun peor—empiezas a marearme y no me dejas concentrarme.

—No puedo evitarlo, me obligaste a estar aquí—fruncí el ceño sin dejar de moverme.

—Es que tenías que estar aquí, eres prácticamente quien elaboro el vestido.

—No es verdad, es tu diseño.

—Pero tú lo eres el artista responsable de llevarlo a la realidad—me despeine el cabello y recargué mi frente contra una pared.

—Dije que te ayudaría pero que no quería dar la cara. Entonces de repente llegaste diciendo que habías inscrito el vestido con nuestros nombres y que lo descalificarían si los dos no estábamos aquí—suspiré respirando profundo—eso no era parte del trato.

—Bueno si, tal vez si es mi culpa después de todo—lo dijo con algo de nerviosismo en su voz.

—eres un demonio.

— ¿Pero a que soy el demonio más hermoso del mundo?

—No, eres simplemente un demonio envuelto en maquillaje y un vestido entallado—solté una pequeña risa que no sé de donde carajos salió.

—Que gracioso Brian—el sarcasmo en su voz logro relajarme. Era raro saber que muy a mi pesar me sentía cada vez más cómodo a su lado.

Aunque aún sentía un lio emocional por dos cosas. Una de ellas era el hecho de aun seguía prefiriendo tenerlo a mi lado siendo un chico que una chica. El otro tenía que ver con el beso de aquella vez. Del momento en el que tuve que ir corriendo al hospital a ver a Sammuel. Aunque trataba de hablar con Cecyll de ese suceso nada más las palabras no salían de mis labios y mi rostro se calentaba de sobremanera.

— ¡Brian!—su voz repentina junto con su cercanía inesperada me hizo dar un paso al frente y golpearme la frente con la pared.

— ¿Q-que pasa?

—Perdón, no pensé que intentarías atravesar la pared con tus poderes imaginarios—estaba casi seguro que se estaba aguantando las ganas de reírse—te estaba diciendo que si así creías que estaba bien el maquillaje.

—...—mi mente quedo en blanco cuando la mire.

Labios rojos, delineado perfecto, mejillas rosadas. Y si metíamos todo ese esplendor dentro del vestido de novia era una visión irreal de lo que debería ser una princesa el día de su boda. Mi corazón se aceleró de sobremanera y rogué a cualquier dios existente que me ayudara a no decir nada estúpido.

—Si yo fuera tu futuro esposo estaría sumamente orgulloso de que fueras mi esposa—mi lengua se había movido sola y había dicho la estupidez más grande de todas. ¡Gracias dioses!

—Oh...—sus labios habían hecho una o perfecta.

—Por favor olvida que dije eso—rogué cubriendo mi rostro con las palmas de mis manos—lo que quise decir es que estas perfecta y que te ves hermosa—que por favor alguien acabe con este suplicio de una vez por todas.

—Gracias...es más de lo que esperaba que me dirías—su voz sonaba suave y tranquila—Sabes yo...

Justo en ese momento tocaron la puerta.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora