atrayentemente opuestos

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Él era mi ancla, evitaba que me fuera volando, ella era sus alas, no dejaba que se hundiera, tan diferentes, y tan necesarios el uno del otro, él todo lógica, ella toda poesía, él la necesitaba porque ella ponía versos en sus matemáticas, ella lo necesitaba a él, para calcular sus sueños, para él, el amor era un mito, para ella su realidad, él creía en la ciencia y lo tangible,  ella en las letras y los sueños, ella podía vivir de poesía, él necesitaba una cuenta bancaria, pero aún siendo tan opuestos, como agua y aceite,  no podían vivir el uno sin el otro, por eso cada noche, después de vivir cada uno en su mundo, él recitaba versos, mientras que ella calculaba posibilidades, y entre números y pareos tan sólo por un momento él se iba a volar con ella y en un instante el amor era también su realidad.

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