Capítulo I {Helena}

104 14 4
                                    

Todo está lleno de luz, hay un camino de piedras que sigo con temor, alcanzo una puerta negra y la abro con curiosidad cuando una oscuridad sale de aquella puerta como si se estuviera conteniendo toda una vida, se escucha una voz de un hombre que me grita - ¡huye!- Corro hacia la nada, entre lágrimas, buscando una pizca de luz. 

Sonó el despertador me levanté sobresaltada, con la respiración agitada y una lágrima recorría mi mejilla.

-Que demonios, otra vez soñando cosas raras - Me dije.

Miré el despertador y me doy cuenta que tengo que ir al instituto, era el último día y la verdad es que no tengo muchas ganas, como siempre. Cogí mis pantalones vaqueros ajustados y una sudaderas gris ancha y me observé en el espejo, mis ojos grises estaban hinchados y enrojecidos, mi pelo rubio era peor que un huracán y mis mofletes estaban más rojos de lo normal, estaba peor de lo que pensaba, así que me maquille lo mínimo me arreglé el pelo y me terminé de vestir.

Cogí la tostada que mi madre había echo, cuando me miró.

-¿Has dormido mal, otra vez?- dijo preocupada, mi madre era la mujer más dulce y cariñosa que he conocido en mi vida. 

- Si, supongo que cuando llegue las vacaciones dormiré mejor- dije con entusiasmo. 

Le di un beso en la mejilla a mi madre y otro a mi padre que leía el periódico y me fui hacia otro aburrido y cotidiano día que tanto odiaba.

Caminé bajo las nubes oscuras que avisan de una tormenta, en Tenebris es normal que llueva.

Y es entonces cuando me di cuenta observando cada detalle, en los rostros pintados de recuerdos, calles llenas de gente, llenas de penas, llenas de falsedad, llenas de sueños, desamores y mucho más, casi llegando lo imposible, como dije, "casi", sin llegar completamente lo que conlleva el significado de esa palabra llena de oscuridad, "imposible ".

Cada paso que doy es como si este mundo me afirmara cada vez, que no pertenezco a esta unión, que la oscuridad por la cual es caracterizada Tenebris, no me pertenecía, que las personas esconden más secretos que la vida misma, somos maniquíes, personas de papel que caminan hacia un destino lleno de mentiras.

La historia ha sido corrompida, después de una guerra innecesaria, separándonos en dos uniones que se odian y se pelean como niños, Tenebris y Lux, dos polos opuestos que comparten una misma ley, no hablar sobre el pasado, ni lo ocurrido en la guerra, sin dejar rastro alguno.
Miré el cielo, inhale el espeso oxígeno de Tenebris y una gota cayó cerca de mi ojo recorriendo mi mejilla, como si conociera mi sufrimiento, mis ganas de salir y descubrir, de vivir realmente y de ser Helena.



LA UNIÓN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora