LA UNIÓN ©

Capítulo XI {Helena}

- Te prometo que volveré... -dijo separándose de mis labios.

- Tienes que volver Elián... Sin ti no crea que sea posible...- Me tapó la boca con su dedo índice. -Shhh, calla.-dijo susurrándome al oído.- Cierra los ojos Helena e imagínate que estoy contigo, sonriendo... Que te digo que te quiero y que el mundo lo acepta. - dijo besándome en la frente.

-Te quiero Elián. - dije abriendo los ojos.

- Lo sé.- me dijo mostrando su sonrisa.

10 días. Diez malditos días pensando en el. Desapareció con el viento, como las hojas de otoño, pero mi amor floreció como las flores en primavera. ¿Lo estará pasando mal al igual que yo? ¿Sentirá que su corazón se desgarra?

Leí el diario antes de marcharme con mis padres al bosque de la unión, acostándome en la cama después de terminar mi mochila de viaje y suspiré.

"25 de mayo del 2015.

                                                                                  El odio y el amor.

Cuando sientas que tu corazón se corrompe y que el odio se apodera de ti pero después por una sonrisa ese corazón se regenera y el odio se evapore.

Entonces puede ser tú fin o el inicio."

Todo mi mundo cambió, ya no eran simples días o simples minutos que pasaba mirando la fría lluvia cuestionándome quien era. Ahora... Lo único que sé, es que mi mundo cambió por él y que le amo. 

Mientras marchábamos hacia el bosque de Tenebris en coche, me imagino un mundo unido, sin prejuicios, junto a Elián... Por que no bastaba tan solo en leer este diario y saber yo sola las mentiras, no era suficiente. Quería y quiero ser libre, pero... ¿De qué me sirve serlo sola?

Al llegar lo primero que veo son los grandes árboles, el olor invade mis pulmones, sintiendo una gran paz , haciéndome insignificante y diminuta, el sonido me transporta a un lugar de mi imaginación al que echaba de menos y las vistas me hacen ver en el maravilloso pero doloroso mundo en el que vivimos.

Me encamino entre los árboles inspeccionando cada detalle, dejando atrás a mi madre e intentando olvidar todo.

Mis padres planearon una caminata en el bosque y a continuación paramos para preparar el picnic, paseé durante un buen rato, cuando siento que algo o alguien está cerca de mi, observándome.
Me empieza a inquietar este sentimiento de incomodidad así que empiezo a volver donde están mis padres, pero de repente oigo un ruido del que me avisa girar hacia atrás, cuando un hombre alto, robusto y con la cara enmascarada con un pasamontañas, me tapó la boca con un pañuelo y todo fue a cámara lenta. Oscuridad. 

"Elián está en frente mía atravesando mi alma con sus ojos de color verdes, el empieza correr hacia una dirección de la que no podía alcanzar ver , intento seguirlo, todo está oscuro y  caigo en un gran vacío del que no tiene fin , lo último que veo es a Elián, en borde de aquel vacío, alrededor de aquella oscuridad de la que debería estar acostumbrada pero de la que temo tanto."

Un dolor insoportable siento en mi cabeza aún no abro los ojos por miedo, siento que mis manos y mis piernas están atadas fuertemente y heladas e intento recordar lo último ocurrido.
He sido secuestrada, empiezo en las muchas posibilidades del porqué y quien ha sido, todas son horribles y pesadillas de las que nunca se le desearía a ningún humano. Me empieza entrar el pánico cuando mi ojos sienten una luz , ¿De esperanza o desesperación?
Oigo unas voces susurrando, no están muy lejos de mi.

- ¿Qué hacemos con la chica, jefe?

- Por ahora no la tocaremos ni un pelo, debemos esperar a Elián.

- Jefe ¿ De verdad va a traicionar a Elián?

- Sí, nunca me ha gustado que un luxiano trabaje con nosotros, además hay que aprovechar que el líder de Tenebris ha caído enfermo y así podremos atacar.

- Ahora entiendo, Elián no nos permitiría crear un golpe de estado.

- Vigila a la chica , me voy a ver como están las cosas afuera.

- Sí, jefe.

Oigo que el chico se sienta en una silla y siento que me observa mientras que yo me hago la dormida, no podré aguantar mucho, ya que el pánico me está llevando al límite, sobre todo por oír el nombre de Elián, tengo la ilusión de que no sea el, que hay más gente que se llama así , pero entonces... ¿Por qué me han secuestrado? 

Empiezo abrir los ojos lentamente y aquel hombre de ojos oscuros y tenebrosos, joven pero maltratado , imponente pero ausente, me atraviesa el alma con aquella mirada mezquina y despreciable.