Simplemente atada a ti. (Liam Payne) ©

Capitulo 44: ¿Tienes novio?

Golpeé con mi puño el cristal del espejo y este se rompió de inmediato. La sangre de mis nudillos se deslizo por el vidrio y gruñí dando otro golpe.

Me sentía mal, extraño, tenía una mezcla de sentimientos.

Me dolía, por alguna extraña razón me dolía como la mierda pensar que ella estuviera embarazada, tenía rabia, quería buscar al maldito culpable y hacer que fuera responsable y no la dejara sola, por otro lado quería ser yo. . .quería ser yo quién la apoyara y cuidara en estos momentos, quería ser yo quién estuviera junto a ella, quería ser yo. . .

-¿Liam? -su voz al otro lado de la puerta me aparto de mis pensamientos.

Quité mi puño del vidrio y mire la puerta.

-¿Si? -pregunte con la voz roca, carraspé- ¿Qué sucede?

-¿Estás bien? ¿Que fue ese ruido? -pregunto y note un ligero temblor en su voz.

-Estoy bien -asegure.

-¿Estás seguro? -amaba su preocupación.

-Solo. . .se ha roto el espejo, pero nada importante -asegure mirando mi mano.

Quizás fuera mejor limpiar la herida y vendarla. Se veía realmente mal, la sangre no dejaba de salir y la piel de mis nudillos estaba muy maltratada.

-¿Necesitas ayuda? -susurro.

-No -me apresure a responder -estoy bien.

Tras unos segundos ella volvió a hablar.

-Cualquier cosa llámame.

Suspire al escuchar sus pasos alejándose, metí mi mano bajo la llave de agua y deje escapar un gruñido al sentir el ardor en ella.

Tome alcohol del botiquín y limpie la herida para luego colocar una venda al rededor. No podía aparecer frente a ella con la mano lastimada.

Mire el piso y vi, aun, sus cosas esparcidas por él. Me coloque de cuclillas y comencé a guardar las cosas, me detuve al tomar el teste de embarazo y suspire, había algo que me ponía extremadamente nervioso respecto a esa prueba.

Luego de guardar todo, limpiar el espejo de mi sangre, secar mi cuerpo y cabello y vestirme, me pare frente a la puerta.

Necesitaba salir allí y fingir que no sabía nada, necesitaba apoyarla, necesitaba transformarme en una persona en la cual ella pudiera confiar.

Tras otro suspiro gire el pomo de la puerta y salí de allí, camine a pasos lentos hasta ver su perfil en el sofá.

Era tan joven, se veía tan triste siempre, era tan dulce y amable. . . me sentía una completa mierda por haberla tratado tan mal los últimos días.

Su rostro se giró a mi y al ver que la estaba mirando una sonrisa tímida apareció en sus labios.

Sus ojos se dirigieron a mi mano y en su rostro surco la preocupación.

-¿Que te sucedió? -pregunto volviendo a mis ojos.

No me moví, no podía hacerlo, solo podía observarla, observar su rostro, su boca, su vientre . . . aparte mi mirada de allí y la observe a los ojos.

-Yo solo . . . me altere y golpeé el espejo.

Su rostro serio no cambio de expresión, no se mostró sorprendida o molesta por haber roto el espejo.

-¿Por que te alteraste? -pregunto con voz suave y sin abandonar mis ojos.

-Por todo -mentí.

Un suspiro fue liberado de sus labios y se puso de pie observando mi mano.